Entre los tres y los cinco años, los niños exploran ansiosamente nuevas actividades.
Perfeccionan sus habilidades a los tres niveles, al nivel motor, social y sensorial.
Afinan sus capacidades mentales, físicas e interpersonales.
La mejor manera de estimular un desarrollo saludable durante esta etapa es animándoles a que exploren más y más, ayudándoles a entender los objetos, las personas y el mundo.
Desarrolla su autoestima y autosuficiencia.
Diferencia y clasifica con facilidad.
Conecta una acción con otra.
Describe emociones, lo que le gusta y lo que no.
Participa en juegos más complicados.
Sentido del humor.
Se inventa canciones, juegos e historias.
Aprende a esperar su turno y resolver conflictos.
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