miércoles, 20 de octubre de 2010

dislalias

La adquisición de habilidades de pronunciación del lenguaje se da de modo paulatino durante la evolución de un niño. Cuando este proceso no se produce de manera normal se habla de dislalia.

Características:

  • Suele presentarse entre los tres y cinco años
  • Es detectado con frecuencia en la escuela
  • Es la enfermedad del lenguaje más común en los niños
  • El niño distorsiona los fonemas. Cuando por ejemplo quiere decir “sapo” dice “apo” o “topa” en lugar de “copa”

Tipos de dislalia:

  1. Evolutiva o fisiológica: Desaparece con el tiempo y no se debe hacer nada antes de los cuatro años, ya que aún no se considera un retraso fonológico
  2. Audiógena: la alteración se produce como consecuencia de algún disturbio auditivo
  3. Funcional: trastorno permanente en la pronunciación. Se diagnostica luego de los cuatro años de edad y requiere entrenamiento para hacerlo desaparecer

Posibles causas:

  • Retraso fonológico: se simplifican los sonidos porque no se han aprendido aquellos más complejos
  • Trastorno fonético: todavía no se han adquirido los patrones de movimiento necesarios para la producción de determinados sonidos
  • Alteraciones físicas: si existen malformaciones en los órganos que intervienen en el habla e impiden la correcta pronunciación
  • Problemas afectivos: la falta de cariño y atención pueden ser causas que influyan en la distorsión en el lenguaje del niño. Un ambiente familiar disfuncional sumado a un estilo educativo inadecuado pueden influir muy negativamente potenciando el trastorno
  • Padres que exigen demasiado: si éstos notan que el niño está teniendo un posible retraso, se ponen ansiosos y presionan al niño para que pronuncie bien, lo cual en vez de ser positivo, resulta devastador para la autoestima y el progreso del niño
  • Familias que hablan de forma incorrecta: esta situación predispone a que el niño hable de la misma manera que escucha. Si en su entorno hay personas que hablan mal o con lenguaje infantilizado, esto mismo hará el niño

Consecuencias de la dislalia si no se trata:

  1. Dificultades en la percepción espacio temporal
  2. Suelen ser individuos distraídos y con signos de hiperactividad
  3. Inconvenientes muy notorios a la hora de escribir y leer lo cual dificultará sobremanera el desempeño escolar
  4. Las personas con dislalia son objeto de burla constante sobre todo en la infancia

Tratamientos:

  • Con la ayuda adecuada y mediante juegos, el especialista determinará el grado de dislalia y aplicará el tratamiento apropiado
  • El niño debe aprender a articular bien las palabras mediante la estimulación de sonidos
  • Los ejercicios labiales y linguales son una parte importante del tratamiento. De este modo, se le enseñará al niño la posición correcta de los sonidos más complejos

Recomendaciones útiles

  1. Si se advierten síntomas de dislalia, se debe consultar con un especialista en fonoaudiología para que éste determine el grado de dislalia y el tratamiento adecuado
  2. El uso de chupete por tiempo prolongado puede provocar deformaciones en el paladar que influyen en la aparición de este trastorno
  3. Se debe tener paciencia con el niño ya que no pronuncia mal a propósito. Hay que acompañarlo en este proceso ya que puede ser objeto de burla en el ámbito escolar
  4. La seguridad es importante y los padres deben otorgársela al niño
  5. Estar en continua comunicación con los maestros
  6. Es conveniente que los padres participen en los ejercicios que detallará el especialista para que en casa se puedan realizar conjuntamente con el niño

Tratamiento de las Dislalias: trastornos fonéticos

La intervención en los trastornos fonéticos tendrá como objetivo que el niño aprenda a articular los sonidos correctamente. Se evaluará el nivel articulatorio del niño y se realizará un programa adecuado a sus necesidades. En general se darán los siguientes pasos en la intervención:
Estimular la capacidad del niño para producir sonidos, reproduciendo movimientos y posturas, experimentando con las vocales y las consonantes. Se le enseñará a comparar y diferenciar los sonidos.
Estimulación de la coordinación de los movimientos necesarios para la pronunciación de sonidos: ejercicios labiales y linguales. Se enseña al niño las posiciones correctas de los sonidos más difíciles.
Se realizan ejercicios donde el niño debe producir el sonido dentro de sílabas hasta que se automatice el patrón muscular necesario para la articulación del sonido.
Llegados a este punto el niño ya está preparado para comenzar con las palabras completas, a través de juegos se facilitará la producción y articulación de los sonidos difíciles dentro de las palabras.
Una vez que el niño es capaz de pronunciar los sonidos difíciles en cualquier posición de una palabra, se tratará que lo realice fuera de las sesiones, es decir, en su lenguaje espontáneo y no solo en las sesiones terapéuticas.
A lo largo de toda la intervención se ejercitará de forma paralela la musculatura que está interviniendo en la producción de los sonidos. Toda la terapia se va a centrar en juegos que faciliten la adquisición de las habilidades necesarias con la participación e implicación del niño, logrando así, que sea el propio niño quien descubra por sí mismo los procesos.
Es conveniente que los padres participen y colaboren en todo el proceso terapéutico siguiendo las instrucciones del terapeuta y realizando las actividades para casa que considere necesarias.

Causa de los Trastornos Fonológicos en la infancia

Existen varias causas en los trastornos relacionados con la producción de los sonidos del habla. La distinción de cuál es la causa del trastorno es fundamental para una posterior intervención especializada, ya que ésta va a variar según el problema sea orgánico o de aprendizaje. Las posibles causas de los trastornos fonológicos son:
retraso fonologico:
En este caso se entiende que los problemas con la producción del habla vienen derivados de un retraso el desarrollo del habla de modo que el niño mantiene las simplificaciones de los sonidos porque no ha aprendido la producción de sonidos más complejos de su lengua. En este caso, la capacidad articulatoria no está afectada, es decir, el funcionamiento neuromuscular y los órganos fonadores no están alterados.
Trastornos fonéticos o dislalia:
La alteración en las dislalias viene causada porque el niño no ha adquirido de forma correcta los patrones de movimiento que son necesarios para la producción de algunos sonidos del habla. Es decir, el niño con este problema no mueve de forma correcta los músculos que se encargan del habla y por ello comete omisiones, sustituciones y distorsiones de algunos sonidos de la lengua.
Alteraciones físicas:
En ocasiones, malformaciones físicas en los órganos que intervienen en el habla pueden ser la causa de las dificultades para pronunciar sonidos. Las lesiones en el sistema nervioso pueden ocasionar alteraciones en el movimiento y en la coordinación de los músculos implicados en el habla, lo que se denomina Disartria. Otras alteraciones como la mala oclusión dental, el frenillo lingual o malformaciones en el labio podrían ocasionar Disglosia.
Si la causa del trastorno viene por malformaciones físicas se requerirá un procedimiento médico para que el niño no tenga dificultades en el desarrollo de las capacidades del habla.
En el caso de los retrasos fonológicos y las dislalias es probable que las dificultades con el habla mejoren con el paso del tiempo, sin embargo, la mayor parte de las veces será necesaria una intervención educativa especializada para conseguir la adquisición de las habilidades para producir los sonidos del habla de forma completa.

Trastorno Fonológico: Dislalia infantil

La pronunciación de los sonidos del lenguaje, al igual que los otros elementos del habla, es una habilidad que el niño debe adquirir a lo largo de su desarrollo. El niño comenzará emitiendo los sonidos más simples como el sonido “m” o “p” y a medida que sus habilidades mejoren comenzará a pronunciar sonidos más complejos y finos que requieran de más músculos y órganos fonadores.

Con la producción de las primeras palabras, entre los 12 y los 18 meses de edad, comenzarán los primeros errores de pronunciación. El niño dirá “lete” cuando se refiera a “leche” o “mimir” por “dormir”. Estos errores son la consecuencia de la inmadurez de su lenguaje que tiende a simplificar los sonidos para que resulte más sencilla su pronunciación. A medida que avance en la adquisición de habilidades articulatorias, los patrones fonatorios se irán automatizando, mejorando su pronunciación y su fluidez verbal.
Cuando este proceso de adquisición de habilidades de pronunciación del lenguaje no se realiza con normalidad hablamos de Dislalias. El Trastorno Fonológico o Dislalia consiste en la incapacidad del niño para pronunciar correctamente los sonidos del habla que son esperables según su edad y desarrollo. Este trastorno se va a manifestar en errores en la producción de sonidos como la sustitución de una letra por otra (el niño dice “tasa” en vez de “casa”) o la omisión de consonantes (“lapi” en vez de “lápiz”).
Este trastorno suele presentarse entre los tres y los cinco años y es el trastorno del lenguaje más común en los niños. Suele ser detectado sin dificultad por padres y profesores, sin embargo, es menos frecuente que se decida realizar un adecuado diagnóstico e intervención especializadas debido a la creencia errónea de que la Dislalia es un problema que desaparece con el tiempo sin intervención.
La Dislalia suele provocar problemas de comunicación del niño con su entorno y suele asociarse con retrasos en el desarrollo del lenguaje. En los casos más graves influye negativamente en los aprendizajes escolares que suele verse reflejado en un bajo rendimiento escolar.

tipos de dislalias

Los niños con dislalia tienen dificultad  para pronunciar ciertos grupos de fonemas. Mientras hablemos de un trastorno severo la comunicación será casi ininteligible debido a la confusión de palabras

Dislalia  funcional
Se refiere a la incorrecta articulación de los fonemas. El vibrato que el niño necesita hacer con la lengua para alcanzar los sonidos no se consigue naturalmente; por lo tanto la “S” sería reemplazada por la “Z  e incluso se le haría muy difícil expresar palabras con la “RR”
Dislalia orgánica
Las anomalías orgánicas pueden ser otra de sus causas. Alteraciones en las neuronas cerebrales o malformaciones en los órganos del habla la originan.
Dislalia audiógena
Relacionada a las dificultades auditivas. Los niños no pueden escuchar bien y eso ocasiona problemas en su comunicación. Las prótesis son una opción que muchos padres toman consideran
Dislalia evolutiva
Es una clase de dislalia que no necesita un tratamiento directo. Se recomienda estar atentos a las construcciones lingüísticas realizadas por el pequeño para corregirlas. El niño imita el fraseo de sus padres pero no consigue hacerlo correctamente y es ahí donde se produce el problema. Los distintos idiomas hablados en casa o en su entorno también podrían ser una causa.

El trastorno de la dislalia infantil y su tratamiento.

Muchos niños de edades comprendidas entre 3 y 5 años, padecen del trastorno conocido como la dislalia, la cual se trata de una incapacidad para pronunciar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas. Así pues, este padecimiento, tiene lugar en la fase de desarrollo del lenguaje infantil, en la que el niño no es capaz de repetir por imitación las palabras que escucha y lo hace de forma incorrecta desde el punto de vista fonético. No precisa un tratamiento directo, pues forma parte de un proceso normal, aunque es necesario mantener con el niño un comportamiento lingüístico adecuado que ayude a la maduración para evitar posteriores problemas. En ocasiones, estos pequeños les resulta más difícil lograr una pronunciación correcta debido a la diversidad de idiomas que pueden encontrar en una familia o en el lugar donde vive.

La dislalia no es muy difícil de ser diagnosticada, pues cuando un niño con más de 4 años pronuncia mal las palabras, no logrando una articulación correcta de las sílabas, el entorno familiar, así como el educativo de este, lo notará. Al principio, muchos intentarán ayudarlo, corrigiendo su forma de hablar, pero sin un tratamiento orientado y especializado, es muy difícil solucionar el problema de una forma casera.

Por su parte, la dislalia suele ser detectada en los primeros años de vida, y aunque no representen gravedad, es conveniente corregirla lo antes posible, para evitar problemas de conducta y de comportamiento futuros. Un diagnóstico temprano de esta dificultad, es sumamente importante porque muy a menudo otros niños se ríen del defecto de articulación e imitan de forma ridícula y de burla, la forma de hablar del pequeño afectado, lo que puede agravar el problema, causándole trastornos en su personalidad, tales como: inseguridad, baja autoestima, problemas de comunicación con su entorno, y otras dificultades que pueden alterar su aprendizaje escolar.

Es conveniente saber que los infantes con dislalia requieren de un tratamiento con un especialista que con la ayuda de juegos y mucha colaboración de la familia, lo harán superar este inconveniente más rápidamente, y de igual manera, lo motivará a articular los sonidos correctamente, comenzando con una evaluación del nivel articulatorio del pequeño, y un programa basado en los siguientes pasos:

1- Estimulación de la capacidad del niño para producir sonidos, reproduciendo movimientos y posturas, experimentando con las vocales y las consonantes. Se le enseñará a comparar y diferenciar los sonidos.

2- Estimulación de la coordinación de los movimientos necesarios para la pronunciación de sonidos: ejercicios labiales y linguales; se enseña al niño las posiciones correctas de los sonidos más difíciles.

3- Realización de ejercicios donde el pequeño debe producir el sonido dentro de sílabas hasta que se automatice el patrón muscular necesario para la articulación del sonido.

4- Al llegar a este punto, el niño estará preparado para comenzar con las palabras completas, a través de juegos.

5- Una vez que éste es capaz de pronunciar los sonidos difíciles, se tratará que lo realice fuera de las sesiones, es decir, en su lenguaje espontáneo y no sólo en las sesiones terapéuticas.

Asimismo, el tratamiento consiste en ejercitar la musculatura que está interviniendo en la producción de los sonidos; la terapia se centra en juegos que facilitan la adquisición de las habilidades necesarias, requiere implicación y participación tanto del niño como de su familia, para que el proceso pueda ser seguido y complementado por ellos en casa.

Ahora bien, si la causa del trastorno viene dado por malformaciones físicas, se requerirá un procedimiento médico para ayudar al niño a que supere las dificultades en el desarrollo de las capacidades del habla. Cuando la causa del trastorno es por retrasos fonológicos, será necesaria una intervención educativa especializada para conseguir la adquisición de las habilidades para producir los sonidos del habla de forma completa.

NIÑOS CON TRASTORNOS DEL HABLA ¿CÓMO AYUDARLOS?

Después de habernos ocupado sobre el lenguaje de los niños "normales" y la forma de ayudarles para que puedan hablar bien, aquí nos abocaremos a dar algunas orientaciones generales para padres y maestros de niños que tienen defectos o trastornos del habla.
Estas orientaciones se basan en que para los niños y, en especial, para los que tienen defectos del habla, el comportamiento y las actitudes de los padres son muy importantes. De modo similar, se puede considerar, también, aunque en grado y naturaleza distintos, el comportamiento y las actitudes de la maestra (o maestro) con respecto al niño en la escuela.
Por eso es necesario que los padres, como los maestros de Educación Inicial (CEI) y de los primeros grados de Educación Primaria tengan una información adecuada para enfrentar y actuar apropiadamente ante el niño con defecto del habla, hasta que se pueda llevar al niño a un especialista.
De allí que cuanto más pronto los padres traten de propiciar las medidas correctivas para los defectos del habla del niño, o busquen la ayuda especializada para tratar el problema, será mucho mejor, evitando las consecuencias negativas en el comportamiento futuro del niño.
Cuando estos defectos no son tratados oportuna y convenientemente, se van fijando y arraigando cada vez más, afectando todo el comportamiento del niño y, como tal, ya no viene a ser sólo un defecto del habla, sino también un impedimento o limitación para la vida, tal como ocurre con la tartamudez, impidiendo al afectado desenvolverse de modo normal, llegando al punto de limitar sus aspiraciones educacionales, vocacionales y su relación social; es decir, la vida de estas personas se ve "moldeada" y limitada por una "lengua torpe", condicionando un modo diferente de pensar, actuar y vivir en comparación a los demás.
Por eso, las orientaciones que aquí señalamos tratan de contribuir a que los padres y maestros adopten las medidas pertinentes para evitar esas consecuencias negativas. Éstas son de un carácter algo general, dado que pueden aplicarse para cualquier tipo de perturbaciones del habla, incluso para las más serias, ya que están referidas a los comportamientos que deben observar los padres y los maestros ante estos niños.
Sin embargo, estas orientaciones que se dan no son pautas que deban seguirse rígida y puntualmente, sino sólo prescripciones que deben adaptarse y aplicarse de manera flexible, de acuerdo con las particularidades del caso. Qué bueno sería si pudiéramos decir a un tartamudo: "Sólo haz esto o lo otro, ¡SIEMPRE DA BUENOS RESULTADOS! "
Esto, ciertamente, por decir lo menos, sería maravilloso. Pero, en realidad, no es así de sencillo, pues los trastornos del habla son de naturaleza compleja y variada, debido a que cada niño o persona afectada es un ser distinto, con necesidades y características únicas como individuo.
Por consiguiente, lo que pudiera ayudar a un niño a controlar su defecto quizás no surta los mismos resultados para otros. Estas particularidades hacen difícil y complejo el conocimiento y el tratamiento de esos defectos, cuyas causas pueden deberse a anormalidades o deficiencias orgánicas, o a causas de naturaleza psicológica o ambiental, así como ocurre con la tartamudez y las dislalias, entre otras. Pero, en cualquier caso, muchos defectos o trastornos del habla son problemas de comunicación que los especialistas, como el psicólogo, pueden contribuir a resolver.
TRASTORNOS DEL HABLA
Los trastornos, anomalías, perturbaciones, defectos o alteraciones del lenguaje verbal del niño, son todas las diferencias del habla normal en cuanto a la forma, grado, cantidad, calidad, tiempo y ritmo lingüístico que dificultan las posibilidades de su expresión, interfiriendo o limitando su conducta de comunicación con los demás y su comportamiento de adaptación y ajuste al medio.
Los trastornos del habla son de naturaleza variada, asumiendo su clasificación de diversas formas, según las perspectivas teóricas y experiencias clínicas de los especialistas. Al respecto, en este trabajo no se describirán esas complejas y variadas clasificaciones, sino sólo señalaremos aquellos problemas que por su mayor frecuencia e incidencia se dan en los niños, tales como las dislalias y la tartamudez. Estos son considerados como trastornos funcionales, que surgen debido a defectos de audición, perturbaciones emocionales, retardo mental o impedimentos físicos, como el paladar hendido o parálisis cerebral.

LAS DISLALIAS
En el lenguaje común y corriente suele confundirse generalmente la dislalia con la tartamudez. Pero para los especialistas la dislalia es la incapacidad del niño para articular y unir correctamente los fonemas o sonidos en el lenguaje, debido a que hay alteraciones funcionales de los órganos periféricos del habla.
En estos casos, el niño con dislalia, bien omite (sopa=.opa) o sustituye el sonido por otro (sopa=topa). Con frecuencia sabe pronunciar las sílabas separadas, pero expresa incorrectamente la unión de fonemas; por ejemplo, /b/ (be) la expresa bien, pero al pronunciar la palabra "bola" lo hace mal. Esto a menudo resulta difícil de comprender para los padres, ya que si su hijo repite correctamente la /s/ (ese), no pueden explicarse por qué pronuncian mal al decir "sopa".
Uno se da cuenta claramente de que el sonido de la /s/ no es siempre igual en la pronunciación de dos palabras, por ejemplo, en las palabras "sopa" y "silo" los movimientos de la boca son distintos, aun cuando el fonema /s/ las preside. Cuando pronunciamos "sopa", en la /s/ tenemos los labios ligeramente redondeados debido a que le sigue la /o/. En cambio, en la palabra "silo", los labios se alargan porque la /i/ que sigue se pronuncia igualmente con los labios alargados. Por tanto los sonidos se influyen recíprocamente.
Estos ejemplos demuestran que el profano olvida con frecuencia lo complicado que es el proceso del habla y corre así el peligro de exigir demasiado al niño.
Por otro lado, cabe recordar que todo niño, durante la evolución de su lenguaje, atraviesa por una fase de dislalia, que es de carácter fisiológico, debido a que los órganos del habla son todavía torpes y, además, porque el niño no suele distinguir claramente su propio lenguaje del lenguaje de los otros. Sin embargo, si la dislalia persiste después de los 4 años de edad, debe ser motivo de alarma y conviene averiguar las posibles causas orgánicas referidas con las siguientes interrogantes:
  • ¿Estan íntegros y sanos los órganos del habla?
  • ¿Tiene el niño suficiente capacidad auditiva?
  • ¿Hay defectos o perturbaciones en el procesamiento de información debido a alguna lesión en el sistema nervioso central ocurrido en la infancia o antes de ésta?
En la dislalia funcional no existe defecto orgánico alguno, pero cuando lo hay, la dislalia puede obedecer a lesiones en el SNC, a defectos en el órgano del habla (disglosia) o a perturbaciones o deficiencias auditivas (dislalias audiógenas) o a un retardo mental.

CAUSAS DE LAS DISLALIAS
Las dislalias funcionales suelen producirse por una educación deficiente, por circunstancias sociales desfavorables o adversas que rodean al niño, por falta de afecto e interés de los padres en el desarrollo del lenguaje del niño y, también, por el bilingüismo.
También se considera como causa de estas dislalias, a que durante el rápido aprendizaje de las palabras suelen asociarse errores parciales en la exacta imitación de los fonemas oídos.
Otros especialistas sostienen que este fenómeno se produce por falta de paralelismo correspondiente entre la madurez psíquica y la habilidad motora, generando un defectuoso análisis e integración de los fonemas correctos que oye, generando la dislalia funcional, la misma que, por lo general, desaparece en forma espontánea a medida que el niño crece.
Sin embargo, cuando no se hace nada por corregir estos defectos hasta los 5 ó 6 años, suelen afianzarse e interferir negativamente en el desarrollo y ajuste emocional. Por eso los padres deben poner mucha atención a estos defectos, siendo motivo de alarma cuando persisten después de los 4 años de edad, debiéndose acudir a un especialista para que examine al niño y oriente a los padres, ayudando a que el niño supere el problema y no tenga interferencias o consecuencias negativas en su adaptación social.

CLASIFICACIÓN DE LAS DISLALIAS
Las dislalias se clasifican generalmente en tres tipos:

1. Dislalias Funcionales:
Son aquellas que se producen debido a alteraciones funcionales de los órganos periféricos del habla. Entre éstas tenemos:
* Rotacismo
* Sigmatismo
* Lambdacismo
* Deltacismo
* Hotentocismo y otros.
Este tipo de dislalias es la que se observa más frecuentemente en los niños, las que han sido descritas en el capítulo anterior.

2. Dislalias Audiógenas:
Los defectos de articulación de los fonemas en este tipo de dislalia se deben a una deficiencia auditiva. Hemos señalado anteriormente que el vasto edificio del lenguaje está asentado en la percepción auditiva.
El niño que oye hablar quechua, hablará quechua; el que oye inglés, hablará inglés; el que oye castellano, hablará castellano; pero, el que no oye nada, no hablará nada; y el niño que oye mal, hablará incorrectamente. A este último caso se denomina dislalia AUDIÓGENA, donde el defecto de articulación de los fonemas se debe a un déficit auditivo, lo cual hace que el niño aprenda mal porque su percepción auditiva de los fonemas es defectuosa (hipoacusia).

3. Dislalias Orgánicas:
Son aquellas donde los errores de pronunciación obedecen a algunos defectos o deformaciones estructurales de los órganos del habla, razón por la que otros especialistas prefieren llamarlas DISGLOSIAS. Entre estas dislalias tenemos:
* Por defectos labiales
* Por defectos dentales
* Por defectos linguales
* Por defectos mandibulares
* Por defectos palatinos
* Por defectos nasales:
- Rinolalia abierta o hiperrinilalia
- Rinolalia cerrada o hiperrinolalia
- Rinolalia mixta.
En consecuencia, estas son las tres clases de dislalias, de las cuales la más frecuente es la de tipo funcional, que tiene un pronóstico positivo, dado que generalmente es superada a medida que el niño crece.

TARTAMUDEZ
La tartamudez es uno de los defectos más conocidos del habla, caracterizada por un trastorno en la fluidez de la expresión verbal. Según Ferrer R.O. (1974) y Van Riper (1982), el tartamudo tiene el habla espasmódica, con numerosas repeticiones indeseables e interrupciones en la cadena hablada. Perelló (1977) lo llama disfemia, definiéndola como el defecto de elocución caracterizado por repeticiones de sílabas o palabras, o por paros espasmódicos que interrumpen la fluidez verbal, acompañado de angustia.
Según la Asociación Americana de Speech Therapy, la tartamudez es un síndrome de varias perturbaciones de la palabra, caracterizado por arritmias y tics causados por una psiconeurosis, clasificando a este trastorno como "espasmofemia".
Por su parte, Dinville y Gaches (1975), sostienen que el tartamudeo es un trastorno de la expresión verbal que afecta principalmente al ritmo de la palabra, siendo de carácter funcional, sin anomalías de los órganos fonatorios, siempre relacionado con la presencia de un interlocutor, razón por la que es esencialmente un trastorno de comunicación verbal.
De lo dicho se colige que la tartamudez es un trastorno de la fluidez de la expresión verbal, caracterizado por repeticiones y prolongaciones de las unidades del habla: sonidos, sílabas y palabras de una sílaba, lo cual ocurre frecuentemente y es difícil de controlar.
Este trastorno se acompaña, además, de manifestaciones accesorias que pueden incluir al aparato fonoarticulatorio o cualquier otra parte del cuerpo, dando la apariencia de un esfuerzo relacionado con el acto de hablar. Con frecuencia también se acompaña de un estado emocional de magnitud variada y que va de una simple manifestación de tensión hasta estados de ansiedad, vergüenza y miedo.
La fuente manifiesta de la tartamudez es la incoordinación de los movimientos periféricos del habla, pero su causa real es desconocida todavía por la misma complejidad de su naturaleza.
Este trastorno es uno de los cuadros más frecuentes en la práctica clínica, predominando su incidencia en el sexo masculino, cuya edad de inicio se considera entre los 3 y los 6 años (Seeman, 1950), luego en el comienzo de la edad escolar y apareciendo ya reforzada durante la pubertad. El inicio en el adulto va generalmente asociado a un shock emocional severo o debido a una lesión en el sistema nervioso.

CAUSAS DE LA TARTAMUDEZ
Muchísimos estudios se han hecho desde tiempos remotos hasta la actualidad sobre la etiología de la tartamudez; pero, pese a ello, los resultados de estos trabajos son insatisfactorios, encerrando todavía un gran misterio sobre su origen.
En la actualidad se considera a la tartamudez como un trastorno de naturaleza multicausal, en el cual es difícil identificar una causa única y determinante. Sin embargo, se suelen señalar algunos factores importantes e interactuantes en su etiología, tales como la herencia, los factores orgánicos, psicógenos, la zurdería contrariada, entre otros.
Esta complejidad etiológica de la tartamudez ha dado lugar a diversas teorías explicativas, pero las más recientes vienen dando un valor relevante a los factores psicógenos, asociando frecuentemente trastornos emocionales de fondo en dicho defecto, motivo por lo que los procedimientos terapéuticos ponen de relieve el estudio del estado emocional del afectado.

TARTAMUDEZ FISIOLÓGICA
A los tres años de edad, o alrededor de ellos, suele aflorar una tartamudez "normal" en la evolución del habla, a la que se denomina "tartamudez fisiológica". Obviamente, no todos los niños pasan por ella, pero sí algunos.
La aparición de esta tartamudez fisiológica y su desaparición o persistencia, hasta hacerse permanente, castigante, penosa, humillante y "degradante", depende gravitantemente de los padres.
¿Cómo se produce la tartamudez fisiológica? Bueno, el deseo de comunicación del niño entre los 3 y los 5 años es muy grande, pero la facilidad de la palabra y la rapidez del pensamiento no van aparejados o acompasados todavía. Por eso, particularmente los niños de mucho temperamento repi- ten una palabra hasta que les viene la expresión buscada ("Q-q-q-q-quiero la pelota").
Esto se trata de un proceso "normal"; lo único lamentable es que los padres, por falta de información, se comporten indebidamente, creyendo encontrarse ante una tartamudez grave, tratando de preservar a su hijo de ese destino a todo trance y, en vez de escucharlo en forma serena y comprensiva, haciéndole ver que para hablar se requiere tiempo, comienzan a llamar la atención sobre su error: "Habla despacio", "Dilo nuevamente" ...... Y así le repiten constantemente, haciendo que el niño tome conciencia de su defecto y, poco a poco, se vuelve inseguro e inhibido.
De esa forma los padres y los que rodean al niño le convierten sistemáticamente en un tartamudo auténtico, cuando sólo se trataba de una fase transitoria "carente de importancia". De allí que el comportamiento de los padres durante esta etapa de la tartamudez fisiológica del niño es condicionante e importante.

CLASIFICACIÓN DE LA TARTAMUDEZ
Se ha clasificado de diversas maneras los tipos de tartamudez, reflejando cada clasificación distintas perspectivas teórico-empíricas. Como tal, no existe un criterio único y convincente plenamente en el contexto de los especialistas, razón por la que aquí hemos adoptado dos formas sencillas y didácticas de clasificación, que son las siguientes:

1. Tartamudez Primaria y Tartamudez Secundaria

La tartamudez primaria consiste en titubeos, repeticiones y alargamientos, sin que el niño tenga conciencia de ello o sin que cause o provoque ansiedad.
La tartamudez secundaria se caracteriza porque el que habla pasa a tener conciencia de su tartamudez y, como tal, empieza a utilizar todos los recursos para evitar y modificar su expresión. El afectado comienza a fabricar síntomas que juzga providencialmente útiles para escudarse tras ellos. Todo esto indica que la tartamudez entra en su fase estable, catalogándose entonces como "tartamudez secundaria".
Es fácil comprender, entonces, que una cosa es tar-tamudear como el niño sin dar importancia a los titubeos y otra es realizarlo con pánico y miedo a las palabras, con fobia a determinados fonemas, con sentimiento de inferioridad y frustración constante.

2. Tartamudez Clónica y Tónica

La tartamudez clónica consiste en la repetición de sonidos aislados o sílabas como: "te-te-te-tengo que to-to-to-tomar una de-de-de-decisión".
En este tipo de tartamudez se producen repeticiones convulsivas de sílabas o palabras, sin contracciones anorma- les de los órganos fonatorios. Los accesos prefieren las con- sonantes más que las vocales, a las consonantes iniciales más que a las interiores y a los fonemas oclusivos más que a otros.
Esta tartamudez clónica es la que más se conoce y es la que más frecuentemente se emplea en los teatros para conseguir efectos cómicos.
La tartamudez tónica, por otro lado, se produce por espasmos que paran, interrumpen e imposibilitan seguir hablando. El niño pronuncia la palabra bajo una fuerte presión, perceptible o no. Perelló sostiene que en este tipo de tartamudez se produce una inmovilización muscular fonatoria que impide de manera absoluta la emisión de la palabra. Cuando este espasmo cede, la palabra sale rápida, precipitada y desbordante.
Por eso, a menudo este tipo de tartamudez va acompañada de gestos característicos como pataleos de los pies, movimientos de la cabeza, poner el ojo en blanco, etc. Esta tartamudez tónica se observa en niños mayores y adultos, pero es muy raro en niños de edad preescolar, y en caso de que ocurra debe tomarse muy en serio.

GRAVEDAD DE LA TARTAMUDEZ
La tartamudez puede tener distintos grados de gravedad, manifestándose el defecto en esa misma magnitud, la misma que puede graduarse en la forma siguiente:
1. Habla titubeante y no tartamudez propiamente dicha.
2. Tartamudo que habla casi siempre en forma fluida, pero que súbitamente, delante de una tensión mayor, pasa a tener momentos discretos de tartamudez o a usar pequeños artificios disimuladores o de autoprotección.
3. Tartamudeo tipo clónico discreto, de carácter frecuente, con repeticiones de sílabas, fabrican pequeños trucos y huyen sistemáticamente de las palabras "peligrosas".
4. Tartamudeo clónico-tónico, con predominio de lo clónico y de vez en cuando pequeñas crisis tónicas.
5. Tartamudeo tónico-clónico, con predominio tónico.
6. Tartamudeo esencialmente tónico.
7. Imposibilidad casi total para expresarse, paracinesias, compensaciones de naturaleza múltiple e intenso sufrimiento para comunicar lo que se desea a los demás.
Pues bien, resumiendo lo dicho, podemos decir que la tartamudez, más que un defecto del habla es un desorden de la personalidad. El habla alterada es apenas espejo de lo que sentimos. Por eso el tratamiento de la tartamudez no tiene por meta la rehabilitación única del habla, sino la rehabilitación del individuo como una totalidad, es decir, toda su persona como ser humano.
Cabe señalar, además, que muchos psicólogos sostienen que existen niños que nacen con un sistema nervioso débil, que se desorganizan fácilmente desde que están sujetos a determinadas tensiones; pero no todos pagan este tributo aun delante de una tendencia. Pues es el medio ambiente en que se desarrolla el niño el que favorece las manifestación del habla alterada, tal como ocurre con la dislalia y la tartamudez.

Pronuncia mal. ¿Hay que preocuparse?

A partir de los cuatro años de edad las dificultades de pronunciación deben ser controladas de cerca para evitar futuros defectos en el habla.
Es frecuente que los niños muestren dificultades a la hora de pronunciar cuando están aprendiendo a hablar. Sin embargo, entre los cuatro y cinco años, su lenguaje ya debe ser perfectamente comprensible tanto para las personas conocidas como para los extraños que traten de comunicarse con él.
¿Por qué habla tan mal?
Los motivos que conducen a padecer una dislalia son múltiples, algunos más graves: retraso intelectual, déficit auditivo... y otros menos serios, como puede ser simplemente un aprendizaje incorrecto. Hay que tener en cuenta que el pequeño aprende a pronunciar correctamente oyendo a los demás, por tanto, si convive con alguien que pronuncie mal puede adquirir este defecto por imitación.
Si su dicción sigue siendo deficiente no conviene demorar la visita al logopeda, que se encargará de realizar un diagnóstico adecuado y establecer la mejor forma de tratar el problema. Si se retrasa el tratamiento, cada vez será más difícil subsanar el error de pronunciación en caso de que este se deba a una mala articulación (dislalias funcionales), ya que el pequeño habrá afianzado fuertemente la forma incorrecta de articular. Aunque existe una excepción, la de la “R” doble, cuya mala pronunciación no se considera anómala hasta los seis o siete años de edad, dada su dificultad.
¿Será el frenillo?
Los problemas de pronunciación también se pueden deber a fallos anatómicos (dislalias orgánicas o disglosias). El más frecuente es la anquiloglosia, conocida popularmente como “frenillo”, debido a su origen: el frenillo lingual, es decir, la membrana que une la lengua con el suelo de la boca. Cuando es demasiado corta impide el correcto movimiento de la lengua, dificultando, sobre todo, la pronunciación de fonemas como la “R” o la “L”, que requieren de un amplio movimiento de este músculo. La solución pasa por una cirugía bastante sencilla, siempre que el médico lo considere oportuno. El frenillo corto, además de por una mala pronunciación persistente a los cuatro años, puede detectarse mucho antes por otra serie de síntomas; uno curioso y fácil de observar es la dificultad del pequeño para lamer un helado.
Otros orígenes de la disglosia pueden ser, por ejemplo, alteraciones en la dentición, en el paladar o en las vías nasales.

sábado, 2 de octubre de 2010

Aspectos a considerar en la exploración y evaluación psicológica en niños y adolescentes

Tras la última Asamblea General de la Asociación, en la que se hizo patente la preocupación que existe por el bajísimo grado de minusvalía obtenido por los niños y niñas con cardiopatías congénitas severas por los Centros de Valoración, una de nuestras socias, María del Carmen Pulgarin Medina, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Huelva, propone algunos aspectos a tener en cuenta en la exploración y evaluación psicológica en niños y adolescentes.


Ya sea porque los médicos de los Centros de Valoración carecen de conocimientos sobre este tipo de patologías (uno de los socios comentó un caso concreto en el que a una niña con ventrículo único le señalaron un 0% de minusvalía), o bien por desconocimiento o desinterés, el trabajo de esto profesionales deja mucho que desear.


Según nos comenta nuestra compañera, María del Carmen Pulgarin Medina, que ejerce como psicóloga en la Universidad de Huelva, toda valoración psicológica debe ser realizada por un profesional de la Psicología, debidamente acreditado y con la titulación necesaria para ejercer la profesión de psicólogo.

Dentro de la Psicología, la Psicología Evolutiva, y más concretamente la Psicología infanto-juvenil, es la disciplina que más ha contribuido a delimitar qué contenido deben tener los informes de valoración psicológica en niños y adolescentes.

Las principales cuestiones para los psicólogos infantiles son: determinar cómo las variables ambientales (por ejemplo el comportamiento de los padres y las características biológicas, como predisposiciones genéticas, enfermedades físicas, síndromes, etc.) interactúan e influyen en el comportamiento y, en segundo lugar, entender cómo se interrelacionan los distintos cambios en el comportamiento.

María del Carmen señala en su investigación que los diversos aspectos del desarrollo del niño abarcan el crecimiento físico, los cambios psicológicos y emocionales, y la adaptación social, y que son variados los determinantes que condicionan las pautas de desarrollo y sus diferentes ritmos de implantación.

Por tanto, los principales elementos de la evaluación psicológica son:

La actividad motora


Las investigaciones muestran que la velocidad de adquisición de las capacidades motoras es determinada de forma congénita y que en su aprendizaje no influye la práctica. No obstante, si el sujeto es sometido a restricciones motoras severas, se alterarán tanto la secuencia como la velocidad de este proceso.

Es interesante valorar la lateralidad, el conocimiento del esquema corporal y las adquisiciones motoras básicas tanto gruesas: saltar, correr, desplazamientos solos o con objetos, etc. como la motricidad fina: movimientos precisos de las manos, prensión, escritura, manejo preciso de objetos, etc.

En todos los casos antes expuestos existen tests y escalas de observación ampliamente manejadas por los psicólogos que determinan con exactitud el desarrollo psicomotor del niño y del adolescente evaluado.

El lenguaje

Evaluar el nivel de competencia lingüística: cantidad de vocabulario del niño, uso adecuado de las expresiones, lenguaje escrito y lenguaje hablado, complejidad sintáctica y semántica de las expresiones utilizadas por el niño, etc. son algunos de los indicadores más significativos que se utilizan en la evaluación de ésta área. Dentro de las técnicas utilizadas habitualmente tenemos por una parte baterías y pruebas para determinar el grado adquisición del lenguaje: ITPA, PLON, TALE, etc. En segundo lugar tenemos la observación sistemática del sujeto, con protocolos y hojas de evaluación. A partir de la adquisición de la lectoescritura, el análisis de las producciones escritas y relatos orales será una fuente de información primordial.

La formación de la personalidad


Las teorías que demuestran la existencia de "rasgos de personalidad" son la base de la mayoría de tests y pruebas que se aplican para determinar el perfil de personalidad de los individuos y la presencia o ausencia de uno o varios rasgos, como los mecanismos de defensa, en una medida que pueda afectar la vida de la persona.

Una respuesta normal para las situaciones conflictivas es recurrir a los mecanismos de defensa, como la racionalización o la negación, por ejemplo, rechazando haber tenido alguna vez una meta u objetivo específico, aunque sea obvio que se tuvo. Aunque todos hemos empleado mecanismos de defensa, debemos evitar convertirlos en el único medio de enfrentarnos a los conflictos. Un niño con una personalidad equilibrada, integrada, se siente aceptado y querido, lo que le permite aprender una serie de mecanismos apropiados para manejarse en situaciones conflictivas.

Inteligencia y aprendizaje

La inteligencia podría definirse como la capacidad para operar eficazmente con conceptos, tanto verbales como abstractos. Esta definición se refleja en las preguntas de los tests de inteligencia infantiles. Dos de los más conocidos, el Stanford-Binet y el Weschler Intelligence Scale for Children, se usan tanto para medir el desarrollo intelectual del niño como para predecir sus resultados académicos. Debido a que el aprendizaje escolar depende, al parecer, de la capacidad de razonamiento verbal, el contenido de estos tests es muy apropiado, como demuestra la relación que hay entre los resultados de los tests de inteligencia y el éxito escolar.

Sin embargo, las predicciones basadas exclusivamente en los tests de este tipo resultan imperfectas, porque no miden la motivación y el conocimiento sobre las capacidades necesarias para el éxito escolar es incompleto, por lo que es necesario algún tipo de estudio complementario. Por ello, los tests de inteligencia deben interpretarse con sumo cuidado, dentro de un proceso de evaluación psicológica completo y profesional, y nunca de forma aislada, con capacidad explicativa y/o predictiva absoluta.

Relaciones familiares

Las actitudes, valores y conducta de los padres influyen sin duda en el desarrollo de los hijos, al igual que las características específicas de éstos influyen en el comportamiento y actitud de los padres. Numerosas investigaciones han llegado a la conclusión de que el comportamiento y actitudes de los padres hacia los hijos es muy variada, y abarca desde la educación más estricta hasta la extrema permisividad, de la calidez a la hostilidad, o de la implicación ansiosa a la más serena despreocupación.

La presencia de acontecimientos familiares significativos: pérdida o alejamiento de uno de los progenitores, cambios en la dinámica familiar, enfermedad larga de algún miembro de la familia con repercusiones en la dinámica del seno familiar, y otras variadas situaciones a las que las familias se enfrentan, pueden generar cambio.

Relaciones sociales


Las relaciones sociales infantiles suponen interacción y coordinación de los intereses mutuos, en las que el niño adquiere pautas de comportamiento social a través de los juegos, especialmente dentro de lo que se conoce como su 'grupo de pares': niños de la misma edad y aproximadamente el mismo estatus social, con los que comparte tiempo, espacio físico y actividades comunes. De esta manera pasan, desde los años previos a su escolarización hasta su adolescencia, por sistemas sociales progresivamente más sofisticados que influirán en sus valores y en su comportamiento futuro.

Socialización

El proceso mediante el que los niños aprenden a diferenciar lo aceptable de lo inaceptable en su comportamiento se llama socialización. Se espera que los niños aprendan, por ejemplo, que las agresiones físicas, el robo y el engaño son negativos, y que la cooperación, la honestidad y el compartir son positivos. Algunas teorías sugieren que la socialización sólo se aprende a través de la imitación o a través de un proceso de premios y castigos. Sin embargo, las teorías más recientes destacan el papel de las variables cognitivas y perceptivas, del pensamiento y el conocimiento, y sostienen que la madurez social exige la comprensión explícita o implícita de las reglas del comportamiento social aplicadas en las diferentes situaciones tipo. La socialización también incluye la comprensión del concepto de moralidad.

Conclusión


Es evidente que una buena valoración, integral, que abarque el desarrollo cotidiano del niño y/o adolescente, debe contener una evaluación lo más exhaustiva posible de aquellos aspectos psicoevolutivos que creamos que pueden ser significativos para comprender mejor al niño. La evaluación es por tanto, multidisciplinar, y en ella deben tener cabida los aspectos médicos, psicológicos y sociales más relevantes. Se trata de hacer una intervención de calidad, que permita un conocimiento amplio del niño que queremos evaluar y, si fuera necesario, una realista normalización de su vida.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Estimulación táctil en los bebés, beneficios increíbles

La estimulación táctil en bebés es fundamental en su desarrollo motor y psicoemocional, conozca cómo funciona y algunos juegos táctiles para su bebé.

¿Qué es la estimulación táctil?


La estimulación táctil en los bebés es una de las formas más importantes de estimulación temprana para nuestros niños. Mientras que el resto de sus sentidos siguen desarrollándose durante varios meses para llegar a su plenitud, el del tacto ya lo está desde un principio. Por tanto, las primeras percepciones del bebé a nivel del tacto son muy intensas e importantes.

La estimulación temprana táctil pretende tonificar y expandir este sentido, que, a su vez, estimula a las neuronas y a las conexiones entre ellas para un buen desarrollo motor y psicoemocional del niño.

¿En qué consiste la estimulación táctil?

La estimulación táctil consiste en una serie de actividades, a modo de juegos con el bebé, para que éste pueda percibir diferentes tipos de sensaciones al tacto. Por supuesto, la estimulación táctil no debe ser desagradable para él.

Para ello se realizan masajes y caricias al bebé, se le permite que toque diferentes texturas (telas, plásticos duros y blandos, diferentes formas, peluches, etc.) Siempre como si fuera un juego y con los padres controlando que no se meta cosas en la boca que pueda tragar.

Beneficios de la estimulación táctil

La estimulación temprana táctil, aparte de beneficiar al desarrollo intelectual del bebé, ayuda a que vaya reconociendo su mundo. Por ejemplo, la diferencia entre duro y blando le servirá cuando empiece a gatear y caminar y reconocer que superficies son más seguras o no.

Por otro lado, es muy importante la estimulación táctil a través del contacto con la piel de sus progenitores, sea por medio de masajes, caricias o juegos. La ciencia y el estudio del contacto humano demuestran su eficacia terapéutica en un estudio realizado por Moore ER, Anderson GC, Bergman N para la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De tal forma que, incluso los niños prematuros que tenían una estimulación temprana con el contacto directo de su madre, evolucionaban más rápidamente a todos los niveles que los niños que no tenían este contacto a menudo.

Ejercicios de estimulación táctil

Según el tiempo del bebé, se pueden hacer diferentes actividades de estimulación táctil. Aquí les ofrecemos algunas ideas:

Entre 0-6 meses: Para introducirlo en los hábitos de cuidados del bebé, con cada cambio de pañal acaricie suavemente con las yemas las extremidades y el tronco del bebé, indicándole el nombre correspondiente: brazo, mano... y, así, además de un estímulo táctil también será auditivo. Dar toquecitos muy suaves, como tamborileando con la punta de los dedos, en diferentes partes del cuerpo del niño. Durante el baño moverle los bracitos en rotación a la vez y luego de forma independiente, dejar que juegue y explore el agua y se prepare para ser remojado.

Entre 7-12 meses: La estimulación táctil en este periodo ya no es pasiva, pasa a una etapa de exploración por parte del niño. Dejar que examine con sus manos todo tipo de texturas: arena, granos de arroz, plásticos duros, telas diferentes, lana, seda, agua, peluches, cartón, papel, etc. (nada que sea peligroso, por supuesto). En esta fase los niños tienden a sondear las cosas con la boca, por lo que no hay que dejarlos solos con según qué materiales. También se le puden pasar por el cuerpo las telas o pelotas de goma, con diferentes tamaños, masajeándole en redondo.

Nuestros consejos

Una vez ha entendido cómo funciona la estimulación táctil, usted puede usar su imaginación para jugar con su bebé y estimular sus capacidades sin necesidad de grandes gastos en aparatos o juguetes. Siempre que pueda combine dos formas diferentes de estimulación temprana a la vez: acariciar (táctil), cantar o hablar (auditiva), etc. En nuestra sección de "estimulación temprana" encontrará más consejos y ejercicios para estimuar a su bebé sin grandes gastos.

Le recomendamos que si tiene posibilidades haga algún curso de masaje infantil. Además de ser un estímulo táctil muy bueno y agradable para el bebé, ayuda a estrechar los vínculos, especialmente con el padre, con el que suele tener menos contacto físico. Por último, nunca sobreestimule al bebé. Los ejercicios de estimulación temprana deben ser un juego para él, de no ser así conseguiremos el efecto contrario.

Juan José Sánchez Ortiz
Terapeuta, escritor e investigador
Colaborador de enbuenasmanos.com

Terapia con perros: ventajas y experiencias

La terapia con perros está muy bien documentada con miles de experiencias y casos clínicos exitosos con ancianos o gente con bloqueos emocionales.


Experiencias de terapia con perros


Brickel, en 1979. Destaco como principal beneficio la sensibilidad del paciente. Los perros eran el principal tema de conversación entre ellos y entre pacientes-personal. Otros beneficios de la terapia con perros eran el placer físico de acariciar a los perros.

Estudio JACOPIS, en 1981. Los resultados obtenidos por ellos indicaron una mayor alegría entre pacientes, se estimulaba la risa, la felicidad, el sentido del humor. Se mejoraba la relación entre pacientes y paciente-personal.

Terapia con perros en una residencia geriátrica de Ohio: El estudio fue dirigido por Robert Andrysco, en la residencia geriátrica de Westminster Thurber. De los 23 residentes que participaron, 15 mejoraron significativamente en las áreas de actividad, comunicación verbal, conversaciones con animales, socialización con el personal y con los otros residentes.

También se menciono el caso de una anciana que engañaba y abusaba del personal, verbal y físicamente, ya que estaba convencida de que intentaban herirla. Al empezar a acariciar el perro, en 6-8 meses, se integró hasta tal punto que ayudaba a los nuevos residentes. Según Andrysco "ella se fiaba del perro, después transfirió su confianza a mí, y finalmente al personal de la residencia. Fue nuestro milagro".

En una encuesta realizada en los EEUU, se observó que las personas mayores de 65 años que poseían un perro sufrían depresión con menor frecuencia que los que no lo tenían. Se concluyó que el perro podría actuar como soporte de las emociones, pasando a ser un ser en quién se puede confía y a quién se le habla, dándosele así al anciano un apoyo ante el aislamiento y la soledad.

Otro estudio, sobre terapias con perros, realizado en América del Norte concluyó que las personas que tienen perros o contacto frecuente con ellos, realizan menos visitas al médico. Esta realidad parece ser debida a la disminución del stress, debido a los beneficios que el animal le da a su dueño, no sólo con pasearlo, darle de comer... sino que le crea una serie de rutinas diarias.

Cusack en un estudio con ancianos observa de nuevo que los animales de compañía mejoran psicológicamente a esos ancianos, además de su sentido del humor, debido al entretenimiento que le produce.

Beneficios de la terapia con perros

Según diversos estudios de investigación, y comprobados por nosotros mismos en los previos a la terapia con perros, se ha demostrado que uno de los problema que más sufren los ancianos, es la soledad. Por eso uno de los objetivos propuestos, es dar cariño a través de los perros a los ancianos, para así disminuir el sentimiento de soledad y aislamiento.

La terapia con perros, también aporta unos beneficios físicos. El simple hecho de acariciar al perro, provoca un relajamiento, lo cual se traduce en una disminución de la presión arterial.

Además de los movimientos del brazo, la mano y otras partes del cuerpo, que se ven obligados a realizar para acariciar a los perros, durante las sesiones de terapia con perros. Estas acciones obligan a realizar unos movimientos, a estirarse, a volverse...

Así hemos visto como tras las sesiones de terapia con perros, despertamos una diversión en los ancianos. A nuestra salida rara vez se acuerdan del dolor que les acuciaba, de la rutina que les aburría. Sino que nos vamos dejando una conversación sobre perros, conociendo a nuevos residentes o recordando la memoria de sus mejores momentos con otros perros.

Así vemos como el perro es canalizador de conversaciones no sólo entre residentes, sino también entre residentes y cuidadores. Ancianos introvertidos, que no se relacionan con los demás ni se integran, parecen cambiar tras la llegada de la terapia con perros, se inician en conversaciones con los perros, guardarles comida, y acaban preguntando cuando vuelven los perros, que comen, como se les enseña a los perros para terapia.

Favorecemos el intercambio afectivo, aquí dan y reciben cariño. Y a esas edades suele faltar el recibir, lo cual acelera los procesos seniles.

El anciano adquiere nuevas responsabilidades, lo que le hace volverse más activo, se preocupa más por si mismo, dejando así el abandono en el que se sumen, tras la soledad. Su vida toma ritmo con la terapia con perros, espera el día de llegada, están pendientes del perro.

Y todo eso para que con la llegada del perro, una sola caricia, una sola mirada del perro, nos lleva a ver como siguen sintiendo, quieren, conocen, viven...

Sergio A. Otal Escartin
Veterinario y Psicólogo canino

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Técnicas terapéuticas que pueden emplear los padres de familia

Los niños, al igual que los adultos, presentan diferentes conflictos que les genera tristeza, angustia y preocupación. Para ellos es tan angustiante salir mal en un examen, como saber que su mejor amiga ya no les habla, o que no tienen con quién jugar en la escuela, o que se burlan de ellos por los anteojos que usan. Sin embargo, muchas veces para los adultos es difícil hallar la forma de lograr saber qué le sucede al niño, qué piensa o qué siente respecto a alguna situación específica.

En Psicología Infantil se cuenta con numerosas técnicas terapéuticas que permiten acceder a ese mundo interno del niño. Algunas de ellas pueden ser aplicadas por los padres o educadores pues lo que pretenden es ayudar a los niños a identificar y expresar sus sentimientos y tener modelos a seguir para resolver dichos problemas. A continuación, cuatro técnicas terapéuticas que usted puede emplear con sus hijos:

1. Bibioterapia: Consiste en hacer uso de los libros de cuentos para ayudar a los niños a resolver un conflicto. Actualmente en el mercado se cuentan con diversos libros de cuentos cuyos temas giran en torno a situaciones y circunstancias propias de los niños de hoy, desde situaciones como orinarse en la cama, la llegada de un hermanito y los celos respectivos, el miedo a la oscuridad; hasta situaciones de divorcio, pleitos entre los padres e incluso temas de abuso sexual. El objetivo al usar la biblioterapia no es simplemente llegar y leer el cuento sino que se deben considerar algunos pasos:

a. Decidir si se lee o se cuenta el cuento: Algunos cuentos se pueden leer tal cual vienen, otros se pueden adaptar utilizando como guía las ilustraciones. Para ello se debe tomar en cuenta la edad del niño ya que su período de atención corresponde a un minuto por año.

b. Reflejar los sentimientos de los personajes: Aquí se enfatiza cómo se sintió el personaje principal del cuento con el que queremos que el niño se identifique. Lo ayudamos a nombrar dicho sentimiento pues es común que los niños digan que el personaje se sintió “bien” o “mal” en lugar de decir que se siente triste, enojado, frustrado, celoso, avergonzado. Además el niño debe identificar que él se siente de igual manera que el personaje ya que a ambos les sucede lo mismo o algo muy similar.

c. Hacer preguntas de reflexión: Conforme se va leyendo el cuento se le va preguntando al niño qué cree él que puede hacer el personaje del cuento para resolver el problema. Esto ayuda a identificar cuáles son los recursos para afrontar los problemas con los que cuenta el niño, ya sea que los tiene y no los pone en práctica o que ni siquiera los tiene.

d. Modelar comportamientos alternativos: Se muestra al niño cuál fue la forma en que el personaje resolvió el problema para que él haga lo mismo: habló con sus papás, reconoció que había cometido un error, se disculpó y trató de solucionarlo; pidió ayuda, etc.

e. Hacer una síntesis: Se hace un resumen del cuento relacionándolo con la situación vivida por el niño, se recalcan los sentimientos y la forma en que se puede resolver el problema y se le pregunta abiertamente al niño cómo puede aplicar lo sucedido en el cuento en su propia situación.

2. Terapia de juego: Esta es otra herramienta sumamente útil para los padres usando el canal de comunicación que los niños más disfrutan: los juguetes. Hay que empezar por definir que el juego es el trabajo de los niños, es el medio por el cual ellos aprenden del mundo y sus relaciones, crecen y experimentan. Por tanto, el sentarse a jugar con ellos no solo ayuda a fortalecer vínculos entre padres e hijos sino que provee al niño de importantes herramientas de resolución de conflictos. Algunos de los juguetes que mejor se pueden emplear en la terapia de juego utilizada por los padres son los títeres, muñecos de peluche o muñecos incluso de súper héroes que tengan los niños. El objetivo es representar una situación que el niño esté viviendo para observar cómo la resuelve el niño. Se puede utilizar un títere que use mamá y que le cuente al títere que usa el niño su problema, pidiéndole al niño consejo (obviamente el problema del títere es el mismo problema del niño). Si el niño no sabe qué aconsejarle mamá puede usar un segundo títere que venga con la respuesta y le modele la solución. Lo que se pretende lograr aquí es al igual que en la Biblioterapia, la expresión de los sentimientos por parte del niño y enseñarle formas de enfrentar un problema. En el mercado existen incluso títeres de la familia o se pueden conseguir también familias en miniaturas que también serán un excelente recurso.

3. Arte terapia: Se habla aquí del uso de materiales de arte (lápices de color, témperas, crayolas, etc.) para la expresión de los sentimientos. Existe una técnica llamada Ilumina tu Vida, en la que el niño le da el nombre de un sentimiento a un color diferente. Luego se le pide que haga un dibujo tomando en cuenta que el color que utilice representará el sentimiento asignado. Se sorprenderá al ver lo que los niños expresan a través de estos dibujos. También se le puede pedir que haga un dibujo cualquiera e invente una historia del mismo. Deje que el niño lo haga como quiera, sin estar pendiente de si se sale o si pintó feo. Analice lo expresado por el niño a través de su obra de arte.

4. Juegos con palabras: Los juegos con palabras ayudan a la verbalización de los sentimientos. Existe un juego llamado el “Juego de sentirse bien- sentirse mal”. Consiste en que padre o madre e hijo toman una hora por semana para hablar de algo que haya ocurrido en esos días que los haya hecho sentir “bien” y “mal”. El niño comienza diciendo algo que lo hizo sentir “mal”, por ejemplo, “Me sentí mal el martes cuando me regañaste por no haber limpiado los zapatos.” El que escucha, en este caso el padre, refleja el sentimiento expresado por el niño “Entiendo que te sintieras triste porque te regañara el martes.” Se enfatiza ÚNICAMENTE el sentimiento, no se entra en discusión del porqué del regaño, lo importante en el juego es lo que se siente. Cuando le toca el turno al papá, éste puede decir “Me sentí mal el lunes cuando me respondiste feo al llamarte a comer.” Igual el niño debe reflejar el sentimiento expresado por el padre: “Entiendo que te hayas enojado.” Luego ambos buscan cómo resolver en una próxima vez las dos situaciones que en esta semana los hicieron sentir “mal”. Se hace lo mismo con las situaciones que los hicieron sentir bien y luego terminan jugando algo escogido por ambos, una partida de damas chinas, una lotería, stop, etc durante unos quince minutos aproximadamente. El objetivo de este juego es expresar los sentimientos sin temor a ser juzgados o rechazados, que el niño se dé cuenta como sus padres también se ven afectados en sus sentimientos y mejorar la relación entre ambos.Es útil entre padres e hijos con dificultades en la relación o con niños recién adoptados. Le animo a hacer uso de estas técnicas y disfrutarlas con sus hijos.
La terapia va dirigida a encontrar la causa y a utilizar técnicas para que el niño aprenda a controlar los esfínteres


Los trastornos de eliminación de orina y heces, enuresis y encopresis respectivamente, son característicos de la infancia. Pueden tener una causa orgánica o psicológica y, en ambos casos, tienen tratamiento. La terapia psicológica comprende la enseñanza para aprender a controlar los esfínteres, psicoterapia y una serie de recomendaciones para los padres del niño afectado sobre cómo afrontar la situación y resolverla

Escapes involuntarios
La enuresis es el escape involuntario de la orina durante la noche; la incapacidad de retenerla durante el día se denomina incontinencia diurna. Consiste en la aparición de una emisión repetida de la orina en la cama o en la ropa, superados los cuatro años de edad, tiempo en el que el niño debería haber adquirido la continencia urinaria. Para que se pueda hablar de enuresis también hay que hablar de frecuencia: este tipo de incontinencia tiene que ser de dos episodios semanales al menos durante tres meses consecutivos, precisa Silvia Chicote, psicóloga especializada en niños del centro Psicomaster, de Madrid.


Hay dos tipos de enuresis: la primaria y la secundaria. La principal diferencia entre ambas es que, en la enuresis primaria, el niño nunca han llegado a conseguir el control de la orina, mientras que en el caso de la secundaria sí que lo han conseguido, aunque durante un periodo corto de tiempo, unos pocos meses a lo sumo.

La encopresis, por su parte, es la evacuación repetida de heces en cualquier lugar inadecuado que no sea el retrete, como en el suelo o la ropa. Y al menos tiene que producirse una vez a la semana durante tres meses consecutivos. La edad a partir de la cual puede considerarse encopresis son los cuatro años, añade Chicote.

En el 70% de los casos la enuresis no está diagnosticada

Niños afectados

Por lo general, la enuresis es el transtorno o la eliminación más común y, por ello, más estudiado. Este trastorno ocurre por igual en menores de ambos sexos, en cambio, la encopresis es más frecuente en niños. La enuresis nocturna afecta al 15% de los niños de cinco años, según El Libro Blanco "La Enuresis Monosintomática Primaria en España", una iniciativa de la Asociación Española contra la Enuresis, de varias sociedades científicas y de la compañía Ferring que se hizo pública en 2007.

Del documento se extrae que el porcentaje de afectados va disminuyendo con la edad. En el 70% de los casos no está diagnosticada y, según un 83% de los casi 1.200 pediatras a los que se consultó para elaborar el libro, los progenitores no acuden a la consulta por sentir vergüenza de que sus hijos sigan teniendo pérdidas de orina.

A los cuatro años se les escapan las heces al 3% de los niños una vez por semana y, a los siete años, la encopresis tiene una prevalencia del 2,3% en los niños y del 0,7% en las niñas, según datos de un documento sobre los "Trastornos de la eliminación: enuresis y encopresis", de Reyes Hernández Guillén, pediatra del Centro de Salud El Restón, y de Mercedes Rodrigo Alfageme, del servicio de Psiquiatría Infantil, del Hospital Materno-Infantil del 12 de Octubre, ambos de Madrid.

Además, se sabe que un tercio de los niños con encopresis sufre también enuresis nocturna, un 20% enuresis diurna y que un 10% de las niñas padecen infecciones urinarias recurrentes, según el mismo trabajo de Hernández y Rodrigo.

Cuando un niño mayor de cuatro años se orina durante la noche es importante acudir al pediatra para descartar alguna causa orgánica

El trastorno enurético puede tener causas orgánicas por afecciones urológicas, irritaciones o algún proceso infeccioso como una cistitis, pero también puede ser debido a que la capacidad funcional de la vejiga esté disminuida, lo que implica que los niños enuréticos necesiten ir más con más frecuencia al baño. Otras veces puede tener su origen en trastornos neuromusculares que afectan al sistema genitourinario, en la médula espinal o en los centros del cerebro.

Cuando un niño de más de cuatro años orina durante la noche y fuera del retrete, es importante acudir al pediatra para que descarte cualquiera de las causas orgánicas anteriores. Una vez descartadas, si se determina que la enuresis tiene un origen psicológico, se hace necesario acudir a un psicólogo, advierte Chicote. Según información de esta especialista, las causas psicológicas que están detrás de la enuresis también pueden ser múltiples: falta de aprendizaje del niño porque no se le ha enseñado correctamente; insensibilización de la piel a la humedad, favorecida o provocada por usar pañales hasta edades avanzadas, lo que priva al menor del mecanismo de emergencia que le lleva a despertarse cuando se siente húmedo.

También puede haber un interés del niño por conseguir una reacción de sus padres, porque obtiene algo, que habitualmente es su atención. O problemas emocionales, como cambio de colegio, de casa, la separación de los padres o el nacimiento de un hermano pequeño; en definitiva, cualquier factor que altere el entorno del niño.

De la misma manera, detrás de las causas de la encopresis puede estar el estreñimiento: los niños retienen tanto las heces que la presión del colon vence al esfínter y se producen evacuaciones involuntarias

Tratamiento conductual


"Utilizamos ténicas conductuales porque son los procedimientos más seguros, no tienen efectos secundarios y consiguen más curaciones a corto y a largo plazo", informa Silvia Chicote, psicóloga especializada en niños, acerca del abordaje terapéutico. El tratamiento de la enuresis se dirige a corregir los defectos de aprendizaje que existen detrás, a encontrar su causa y a utilizar técnicas conductuales para que el niño aprenda a controlar la micción. Y la duración del tratamiento varía notablemente de un niño a otro. Depende del origen del trastorno y de si éste está asociado a problemas emocionales. En promedio, duran unas diez sesiones.


Entre otros aspectos, se trabaja para que los niños afectados aumenten la capacidad funcional de su vejiga a través de una serie de ejercicios: mediante un entrenamiento se les enseña a aguantar las contracciones del detrusor (músculo que envuelve la vejiga), a retener la orina y a aumentar la capacidad de la vejiga. También se les prescriben ejercicios para que fortifiquen sus esfínteres, cortando el flujo de la orina, mientras están miccionando.

Para que fortifiquen el esfínter también se les puede proveer de unos aparatos antienuréticos o de alarma (el Pipí-stop), provistos de un sensor de humedad y un timbre que se activa ante las primeras gotas de orina que se escapan. Al encenderse esta alarma, el pequeño tiene que despertarse, cerrar el esfínter y levantarse para ir al baño y terminar de orinar. Este sistema se debe mantener hasta que el niño afectado haya pasado dos semanas seguidas sin pérdidas de orina nocturnas; después se le puede retirar gradualmente.

No hay que castigar al niño afectado ni tampoco ponerle pañales durante mucho tiempo

Sin embargo, todo este entrenamiento se debe acompañar de un refuerzo por parte de los progenitores para que el niño descubra las ventajas de no orinarse, ya que puede ocurrir que los padres no le presten tanta atención cuando deja de escapársele la orina. Por este motivo, Chicote explica a los padres que se les tiene que demostrar que hacerlo bien sí resulta ventajoso.

Pautas para los padres

Pero, ¿en qué consiste la participación de los padres? A menudo, cuando a un niño se le escapa la orina en la cama, los progenitores acuden para ponerle sábanas limpias y cambiarle la ropa. Una de las medidas que aconsejan los psicólogos es que no lo hagan, sino que sea el niño el que tenga que levantarse, cambiarse el pijama y poner sábanas limpias. De esta forma, el pequeño puede comprender que el hecho de ensuciarse no va a atraer la atención de sus padres como esperaba, sino que va a tener una consecuencia para él.

A los padres también se les deben enseñar pautas de lo que no deben hacer. Por ejemplo, no pueden castigar al niño ni tampoco ponerle pañales durante mucho tiempo. Muchas familias los usan para evitar que se enfríe, pero con este sistema sólo potencian la insensibilidad de la piel del pequeño y, en cierto modo, le están dando permiso para orinarse y que no tenga que esforzarse en aprender a reconocer la incomodidad de las primeras gotas. Cuando se recurre a los pañales, el niño no asocia las señales internas de la vejiga a despertarse.

Y, por último, también se recomienda que restrinjan los líquidos, a medida que se acerca la noche, a los niños con enuresis nocturna. Durante el día no se aconseja porque es importante que el niño o niña tengan determinadas sensaciones, como la vejiga llena, y ciertas incomodidades, como las primeras gotas, detalla Chicote.

TRATAMIENTO DE LA ENCOPRESIS

El tratamiento de la encopresis es similar al de la enuresis. Primero se deben descartar las causas orgánicas y se pide a los padres que realicen un registro de defecaciones de los niños. En este caso, en que también se trabaja mucho con los padres, la media de duración del tratamiento es de unas diez sesiones aunque, de nuevo, depende del niño y su familia. Si los niños afectados por este trastorno de eliminación sufren estreñimiento, deben seguir un tratamiento dietético.


Como en el caso de la enuresis, a los niños con encopresis se les entrena en hábitos defecatorios y se utiliza una estrategia de recompensa y de reforzamiento e, igualmente, debe ser el niño quien se quite la ropa, la lleve a la lavadora, busque su ropa limpia y se cambie. Otro ejercicio que se aconseja en estos casos es una práctica positiva, es decir, dejar que el niño permanezca solo en su habitación tranquilamente sentado durante diez minutos. Después, repetir el ejercicio en el retrete, de modo que permanezca sentado otros diez minutos y, finalmente, repetir la secuencia en los mismos horarios, coincidiendo con las horas de comida para que vaya adquiriendo los hábitos de defecación adecuados, explica Silvia Chicote.

Tanto los niños enuréticos como los encopréticos pueden recaer, lo que "puede ser muy traumático", pero no por ello deben dejar de intentarlo. Los padres no deben dar estos casos por perdidos, al final, ambos trastornos se acaban solucionando. Muchas veces las recaídas se deben a que no se ha acertado bien en las causas que los desencadenan. Entonces se trata de buscar de nuevo la causa de la conducta afectada, revisarla y volver a empezar el tratamiento

Técnicas para reducir el estrés

Técnicas para reducción y control del estrés



Aromaterapia

Es una técnica oriental muy antigua, cuyo efecto es relajar.

Consiste en utilizar aceites de hierbas y otras plantas aromáticas para que aplicadas en el cuerpo, logren la relajación o el alivio de un dolor o trastorno.

Los aceites, se extraen de hojas, flores, raíces, semillas, frutos, corteza o resina de diferentes plantas y se diluyen en agua o en un aceite sin perfume, como el de jojoba.

Estas soluciones se pueden aplicar sobre la piel con un relajante masaje, inhalar en forma de vapor o del humo generado por velas aromáticas, agregarse en forma de burbujas o aceites en el agua del baño o usarse en compresas que se aplican en determinados lugares del cuerpo.

La aromaterapia forma parte de muchos de los tratamientos de masajes relajantes y reductivos que últimamente se ofrecen en los servicios de spa.

Muchas de las esencias aromáticas sirven para diferentes cosas: problemas tensionales, emocionales, dolores de cabeza, tensión premenstrual, dolor muscular, trastornos cutáneos, fatiga, insomnio y estrés entre otros.

Esta técnica, basa su eficacia en dos mecanismos básicos: el sentido del olfato y la capacidad absorbente de la piel. Los terapeutas afirman que la inhalación de determinadas fragancias hace que el cerebro libere productos químicos que combaten el estrés y la fatiga. También creen que algunos aceites ejercen un efecto medicinal tras ser absorbidos por la piel.

Científicamente y por regla general, los médicos tradicionales descartan cualquier beneficio terapéutico que no sea el efecto del placebo y la relajación.

Además del masaje, el aromaterapeuta, puede recomendar un baño de inmersión caliente con algunas gotas de uno o dos aceites aromáticos, lo que ocasiona somnolencia o produce una estimulante tonificadora.

Entre los aceites aromáticos más frecuentemente utilizados, están:

- Enebrina, (Bayas maduras) fragancia acre, picante, se usa en vaporizaciones, baños, compresas y masajes por sus efectos calmantes; se utiliza también para dolores musculares y el eccema.

- Eucalipto, (hojas) aroma fuerte y tonificante, como el de alcanfor. Se usa para tratar la congestión nasal y respiratoria, en vaporizaciones, compresas, baños y masajes; alivia el dolor muscular y combate la fatiga; se aplica en la piel como repelente contra los insectos.

- Geranio, (hojas) fragancia acre, picante. Se usa en vaporizaciones, baños, masajes y enjuagues bucales y de garganta; se le considera un aceite fundamental para tratar el estrés, el acné, el eccema y las heridas pequeñas.

- Jazmín, (flores) Aroma floral tenue. Se usa en masajes faciales y baños, por sus propiedades relajantes.

- Lavanda, (flores) Fragancia floral, fuerte y dulce. Se usa en vaporizaciones, baños compresas y masajes para tratar el estrés y las heridas cutáneas; se dice que tiene propiedades antisépticas y antiinflamatorias.

- Manzanilla,(flores secas) Aroma suave, dulce. Por sus efectos sedantes se una en vaporizaciones, baños, compresas, mascarillas faciales o masaje; se dice que también alivia el eccema y mitiga el dolor muscular.

- Menta (hojas) Aroma fresco y tonificante. Se inhala o se usa en baños, gárgaras y enjuagues bucales para malestares digestivos, garganta irritada, úlceras bucales y comezón en la piel.

- Pino (resina) Tonificante, con olor a madera. Se usa en vaporizaciones, baños y masajes para aliviar dolores musculares y tratar la congestión nasal y del pecho.

- Rosa (flores) Duradera fragancia floral. Se usa en baños y masajes por sus cualidades tranquilizantes; también se usa para tratar problemas menstruales y otros trastorno femeninos de la reproducción.

- Salvia esclarea (flores) Aroma fuerte y picante. Se inhala o usa en vaporizaciones, baños, compresas o masajes para aliviar ansiedad, el estrés, la inflamación de la piel y la congestión respiratoria.

Hipnoterapia

(Sobre hipnosis y psicoterapia)

"'Hipnotismo' e 'hipnosis' son términos aplicados a una forma única y compleja de conducta inusual, pero normal, que puede probablemente ser inducida en toda persona normal bajo condiciones adecuadas y también en personas que sufren diferentes tipos de anormalidades. Es principalmente un estado psicológico especial, con ciertos atributos psicológicos que lo hacen parecido al sueño fisiológico pero sólo superficialmente, y caracterizados por un funcionamiento del individuo en un nivel de percatamiento llamado, por conveniencia en la conceptualización, percatamiento inconsciente o subconsciente. Cuando el sujeto esta hipnotizado, o en trance hipnótico, puede pensar, actuar y conducirse tan adecuadamente, y a menudo mejor, que como puede hacerlo en el estado psicológico común despierto, siendo esto posible por la intensidad de su atención a la tarea y por estar libre de distracciones. No está, como comúnmente se cree, sin poder de decisión o bajo el deseo del hipnotista. La relación entre el hipnotista y el sujeto es mas bien de cooperación interpersonal, basada en consideraciones razonables mutuamente aceptables.

Por lo tanto el sujeto no puede ser forzado a hacer cosas en contra de su deseo, sino que puede ser ayudado a lograr las metas que desea. Los fracasos en la terapia hipnótica de los pacientes revelan limitaciones de la hipnosis en lograr incluso las metas que son deseadas por la persona, y los más extensos y confiables estudios experimentales desacreditan la posibilidad de utilizar la hipnosis para propósitos antisociales."

La hipnosis y el trance hipnótico son experiencias normales que pueden desarrollarse naturalmente durante períodos de introspección. No hay necesidad de misteriosas manipulaciones de los sujetos. Uno realmente no controla los sujetos en hipnosis, más bien les provee de estímulos y oportunidades para una absorción interna que a veces conduce a estados de conciencia reconociblemente diferentes.

Nosotros vemos a la hipnoterapia como un proceso por el cual ayudamos a la gente a utilizar sus propias asociaciones mentales, recuerdos y potenciales de vida para lograr sus propias metas terapéuticas. La sugestión hipnótica puede facilitar la utilización de habilidades y potenciales que ya existen dentro de una persona pero que permanecen sin usarse o poco desarrollados por una falta de entrenamiento o de comprensión. El hipnoterapeuta cuidadosamente explora la individualidad de un paciente para saber qué aprendizajes de vida, experiencias y destrezas mentales son disponibles para enfrentar el problema. El terapeuta entonces facilita una aproximación a la experiencia de trance dentro de la cual el paciente puede utilizar estas únicas y personales respuestas internas para lograr metas terapéuticas.

Nuestro abordaje puede ser visto como un proceso en tres pasos:

1- un período de preparación durante el cual el terapeuta explora el repertorio de experiencias de vida del paciente y facilita marcos de referencia constructivos para orientar al paciente hacia el cambio terapéutico.

2- una activación y utilización de los propios recursos mentales del paciente durante un período de trance terapéutico.

3- un cuidadoso reconocimiento, evaluación y ratificación del cambio terapéutico que tuvo lugar.

Trance terapéutico es un período durante el cual las limitaciones de los marcos de referencia y creencias son alterados temporariamente para que se pueda ser receptivo a otros modelos de asociación y formas de funcionamiento mental que conducen a la resolución de problemas.

Vemos la dinámica de la inducción al trance y su utilización como una experiencia muy personal donde el terapeuta ayuda al paciente a encontrar sus propios caminos individuales. La inducción de trance no es un proceso estandardizado que puede ser aplicado del mismo modo a todos. No hay método o técnica que siempre funcione con todos o incluso con la misma persona todas las veces en distintas ocasiones. Por eso es que nosotros hablamos de "approaches" (abordajes) a la experiencia de trance. De esa manera enfatizamos que tenemos muchos medios de facilitar, guiar o enseñar cómo uno puede ser llevado a experimentar el estado de receptividad que llamamos trance terapéutico.

De todas maneras no tenemos un método universal para efectuar el mismo estado uniforme de trance en todos.

La mayoría de la gente con problemas puede ser guiada a experimentar su propia y única variedad de trance cuando entiende que puede ser de utilidad. El arte del hipnoterapeuta está en ayudar al paciente a lograr una comprensión que lo ayudará a dejar de lado algunas de las limitaciones de su visión común del mundo de todos los días, de tal forma que pueda alcanzar un estado de receptividad a lo nuevo y creativo que hay en su interior."

La respiración

Un control adecuado de nuestra respiración es una de las estrategias más sencillas para hacer frente a las situaciones de estrés y manejar los aumentos en la activación fisiológica provocados por estas.

Unos hábitos correctos de respiración son muy importantes porque aportan al organismo el suficiente oxigeno para nuestro cerebro. El ritmo actual de vida favorece la respiración incompleta que no utiliza la total capacidad de los pulmones.

El objetivo de las técnicas de respiración es facilitar el control voluntario de la respiración y automatizarlo para que pueda ser mantenido en situaciones de estrés.

Vamos a pasar a realizar una serie de ejercicios sobre la respiración.

EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN

Ejercicio 1:Inspiración abdominal

El objetivo de este ejercicio es que la persona dirija el aire inspirado a la parte inferior de los pulmones. Para lo cual se debe colocar una mano en el vientre y otra encima del estómago. En el ejercicio debe de percibir movimiento al respirar en la mano situada en el vientre, pero no en la situada sobre el estómago.

Al principio puede parecer difícil, pero es una técnica que se controla en unos 15-20 minutos.

Ejercicio 2: Inspiración abdominal y ventral

El objetivo es aprender a dirigir el aire inspirado a la zona inferior y media de los pulmones. Es igual al ejercicio anterior, sin embargo una vez llenado la parte inferior se debe llenar también la zona media. Se debe notar movimiento primero en la mano del abdomen y después en la del vientre.

Ejercicio 3: Inspiración abdominal, ventral y costal

El objetivo de este ejercicio es lograr una inspiración completa. La persona, colocada en la postura del ejercicio anterior debe llenar primero de aire la zona del abdomen, después el estómago y por último el pecho.

Ejercicio 4: Espiración

Este ejercicio es continuación del 3º, se deben realizar los mismos pasos y después, al espirar, se deben de cerrar los labios de forma que al salir del aire se produzca un breve resoplido. La espiración debe ser pausada y controlada.

Ejercicio 5: Ritmo inspiración - espiración

Este ejercicio es similar al anterior pero ahora la inspiración se hace de forma continua, enlazando los tres pasos (abdomen, estomago y pecho). La espiración se hace parecido al ejercicio anterior, pero se debe procurar hacerlo cada vez más silencioso.

Ejercicio 6: Sobregeneralización

Este es el paso crucial. Aquí se debe de ir utilizando estos ejercicios en situaciones cotidianas (sentados, de pie, caminando, trabajando, etc.). Hay que ir practicando en las diferentes situaciones: con ruidos, con mucha luz, en la oscuridad, con mucha gente alrededor, solos, etc.

Abrazoterapia

Parece increíble todo lo que puede curar, compensar, mejorar y prevenir un simple y amoroso abrazo.

Está comprobado que el contacto físico, mucho más allá del contenido sexual, tiene poderes curativos y amplía nuestro bienestar emocional.

Cuando nos tocamos y nos abrazamos con espíritu solidario y alegre, llevamos vida a nuestros sentidos y reafirmamos la confianza en nuestros propios sentimientos.

También es una forma de expresar lo que sentimos más allá de las palabras. Es el idioma universal de los abrazos. No solo debemos utilizar el lenguaje también debemos utilizar la sabiduría intuitiva, sin palabras y escuchar con el corazón. Así percibiremos el significado más profundo del misterio al que llamamos amor.

Los abrazos, además de hacernos sentir bien, se emplean para aliviar el dolor, la depresión y la ansiedad. Provocan alteraciones fisiológicas positivas en quien toca y en quien es tocado. Acrecienta la voluntad de vivir a los enfermos. Es de todos bien sabido que cuatro abrazos al día son necesarios para sobrevivir, ocho para mantenerse y doce para crecer como personas.

Veamos algunas clases de abrazos y pregúntate ¿con qué frecuencia y qué tipo de abrazos utilizas tú para sorprender a los tuyos?

- Abrazo del oso: es el típico de padres e hijos, donde el más grande envuelve con su cuerpo al más pequeño.

- Abrazo y contacto de mejillas: Uno coloca los brazos sobre los hombros del otro, a la vez que le da un beso en cada mejilla. Implica consuelo, bondad, consideración.

- Abrazo oriental: Ambos entrelazan los brazos con el cuerpo del otro. Se busca el contacto espiritual con todo el cuerpo del otro. Se acompaña con una inspiración y es el más largo. Se ponen en contacto los espíritus de las personas a través del cuerpo físico.

- Abrazo de a tres: Para padres con hijos o varios amigos. Implica consuelo, felicidad. La persona abrazada se siente totalmente a salvo.

- Abrazo de costado: El brazo de uno se pasa por el hombro o la cintura del otro. Ideal para pasear acompañados, disfrutando del paisaje.

- Abrazo de corazón: Largo, intenso, cálido, brota directamente del corazón. Surge en cualquier momento para saludar, recordar fechas especiales, expresar alegría. Ofrece ternura y amor incondicional.

¿Qué nos brinda un abrazo?

SEGURIDAD: No importa cuál sea nuestra edad ni nuestra posición en la vida, todos necesitamos sentirnos seguros. Si no lo conseguimos actuamos de forma ineficiente y nuestras relaciones interpersonales declinan.

PROTECCIÓN: El sentirnos protegidos es importante para todos, pero lo es más para los niños y los ancianos quienes dependen del amor de quienes los rodean.

CONFIANZA: La obtendremos de la sensación de seguridad y protección que recibimos. La confianza nos puede hacer avanzar cuando el miedo se impone a nuestro deseo de participar con entusiasmo en algún desafío de la vida.

FORTALEZA: Quizá pensamos que la fortaleza es una energía desarrollada gracias a la decisión de un individuo pero siempre podemos transmitir nuestra fuerza interior convirtiéndola en un don para el prójimo para confirmar y aumentar la energía ajena. Cuando transferimos nuestra energía con un abrazo, aumentan nuestras propias fuerzas.

SANACIÓN: Nuestra fortaleza se convierte en poderosa energía curativa cuando la transmitimos por medio del abrazo. El contacto físico y el abrazo imparten una energía vital capaz de sanar o aliviar dolencias menores.

AUTOVALORACIÓN: El reconocimiento de que valemos es la base de toda satisfacción y todo éxito en nuestra vida. Mediante el abrazo podemos transmitir el mensaje de reconocimiento al valor y excelencia de cada individuo.

Humor

El buen humor genera mayor productividad y disminuye el estrés.

El humor es un resorte motivador por excelencia, que además de ser una válvula de escape para la tensión, propicia la creatividad y ganas de trabajar. Los especialistas coinciden en que el sentido del humor se trata de tener una actitud positiva ante las vida, "ver desde una perspectiva que ayude a encontrar soluciones más creativas".

El humor debe ser considerado como un coadyuvante del bienestar, del mejoramiento de la organización y de la persona.

El humor conlleva la solución de conflictos, resistencia a la excesiva carga de estrés y establece una comunidad más fluida, excelente medicina que reduce la tensión, ansiedad y depresión.

El masaje

Cuando nuestros músculos se encuentran tensos o han sido sometidos a demasiado esfuerzo acumulan sustancias de desecho que causan dolor, rigidez, e incluso, espasmos musculares. Al incrementar la circulación hacia y desde los músculos, el masaje acelera la eliminación de estas sustancias tóxicas y dañinas. A la vez, el masaje hace que llegue sangre y oxígeno fresco a los tejidos con lo que se aligera el proceso de recuperación de lesiones y de numerosas enfermedades.

Pero esto es sólo el comienzo. A partir de los últimos quince años se ha acumulado una gran cantidad de evidencia que demuestra que el masaje posee una impresionante lista de beneficios tanto para la salud de nuestro cuerpo como de nuestra mente. Esto incluso en áreas que muchos ni siquiera sospechaban. Veamos:

La salud de nuestro organismo depende de la salud de nuestras células. Las células a su vez dependen de un abundante flujo de sangre y linfa. El masaje mejora la circulación de la sangre y el flujo de la linfa. Esto ayuda a llevar nutrientes a las células y a eliminar impurezas y sustancias tóxicas.

El masaje también aumenta la capacidad de la sangre para transportar oxígeno. De hecho se sabe que el masaje ayuda a aumentar los glóbulos rojos y blancos de la sangre.

Ayuda a liberar sustancias llamadas endorfinas que nos dan una sensación de bienestar y ayudan a combatir el dolor.

Cuando se combina con una dieta adecuada y ejercicio el masaje ayuda a restaurar el contorno del cuerpo y a disminuir los depósitos de grasa.

Ayuda a que los músculos mantengan su flexibilidad.

Ayuda a reducir el estrés. Si recordamos que más de dos terceras partes de las enfermedades están relacionadas con el estrés nos daremos cuenta de una de las razones por las que el masaje es tan beneficioso para la salud.

Ayuda a combatir la depresión y los estados de ánimo negativos.

El masaje terapéutico ha probado ser efectivo como medio para aliviar condiciones tales como dolores de cabeza causados por tensión nerviosa y dolores musculares de espalda, así como para mejorar la condición de la piel.

Un creciente número de médicos y otros profesionales de la salud recomiendan el masaje para aliviar problemas tales como sinusitis, artritis, alergias, dolores de cabeza y lesiones deportivas.

Hay distintos tipos de masaje terapéutico. Entre ellos se encuentran el masaje sueco, que es un masaje relativamente suave que promueve la relajación. Otros tipos de masaje emplean técnicas de acupresión o van dirigidos a los tejidos profundos. El (o la) masajista puede combinar varias de estas técnicas durante una sesión de masaje.

Una sesión de masaje puede tomar desde quince minutos hasta una hora. Por lo regular una sesión de quince minutos se limita a la espalda y los hombros y se da con la persona sentada en una silla especialmente diseñada para este propósito. Las sesiones de una hora, por lo general cubren el cuerpo entero desde la cabeza hasta los pies, y en estos casos se emplea una mesa acojinada y aceites especialmente preparados.

El masaje puede emplearse solo o como parte de un plan para mejorar la salud en el que se incluyan otros elementos tales como la alimentación, el ejercicio, o la meditación.

Musicoterapia

La música influye sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial, las contracciones estomacales y los niveles hormonales. Los ritmos cardiacos se aceleran o se vuelven más lentos de forma tal que se sincronizan con los ritmos musicales. También se sabe que la música puede alterar los ritmos eléctricos de nuestro cerebro.

Si uno cierra los ojos por un minuto y escucha al mundo en derredor escucha bocinas, martillos, gotas de lluvia, niños riendo, una orquesta sinfónica, etc. La terapia musical sostiene que lo que uno escucha puede afectar la salud positiva o negativamente. El sonido puede ser un gran sanador.

Los terapistas musicales utilizan el sonido para ayudar con una amplia variedad de problemas médicos, que van desde la enfermedad de Alzheimer hasta el dolor de muelas. Los doctores en medicina conocen acerca del poder del sonido. Los investigadores han producido evidencia de la habilidad de la música para disminuir el dolor, mejorar la memoria y reducir el estrés.

Conclusión

Son muchas las técnicas que existen para permitir al individuo sobrellevar el estrés, es decir convivir con él sin que nos ahogue o nos haga daño y cada día vemos una mayor variedad de servicios que se ofrecen para aprender a controlarlo. También podemos ver que nos afecta en formas muy diferentes a todos y cada uno de nosotros, por eso probablemente existe esa variedad de técnicas. Por tanto lo importante es aprender a ver en el interior nuestro para reconocer los síntomas del estrés y manejarlo antes de que él nos maneje a nosotros.

El hecho de asistir o utilizar una técnica para el manejo del estrés y poder controlar sus efectos nocivos no quiere decir que ya hemos curado una enfermedad que surgió a partir del mismo, debemos también acudir al médico respectivo para evitar mayores complicaciones.

El estrés afecta a los niños de igual forma que lo hace con los adultos, no debemos olvidar esto, quizá seremos los maestros quienes estemos poniendo una parte de estrés en el mundo infantil, debemos poner en practica técnicas contra el estrés en nuestras aulas.

Es necesario que en el mundo acelerado y cambiante que vivimos, nos demos tiempo para apreciar esos pequeños grandes momentos como el de un atardecer o jugar con los niños, pues como lo ha demostrado este trabajo a pesar de que el estrés es una enfermedad de nuestros tiempos también tiene cura y es posible de evitar o minimizar en sus efectos, siendo esencial que seamos consientes de cómo debemos llevar una vida sana y equilibrar nuestras responsabilidades con nuestro derecho a una vida de calidad para nosotros y nuestras familias.

Bibliografía

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