domingo, 19 de septiembre de 2010

PREGUNTAS FRECUENTES QUE SE HACEN LOS PADRES

En esta sección se irán incluyendo las respuestas a las preguntas más frecuentes que se hacen los padres

¿Cómo ayudar al niño que ha perdido a los padres?

Su actitud hacia el niño, ¿es demasiado agresiva?

¿Qué hacer con un niño mayor de 6 años que duerme siempre en la cama con los padres?

¿Cómo actuar con las rabietas del niño de 2 años?

Mi hija tenía asumido el control del pipí y desde hace unos días se vuelve a hacer pis encima, ¿qué puedo hacer?

Mi hijo llora a menudo, ¿debo dejarle llorar?

¿Es normal que mi hijo se masturbe?

¿Influye la televisión sobre mi hijo? ¿De qué manera?

¿Es bueno que el niño vaya a la guardería?

Me voy a casar con la madre de una niña. Ellas no fueron muy bien tratadas por su verdadero padre ¿Qué debemos hacer?

Mi hija de 2 años y 4 meses reacciona agresivamente por el menor motivo y padece de constantes infecciones de oído, ¿qué me recomiendan?

Mi hija sufre pesadillas o terrores nocturnos, ¿qué puedo hacer?

Las respuestas que se presentan son muy genéricas y solo a título orientativo. Ante cada caso particular deberían estudiarse las causas del problema y establecer las acciones o terapias adecuadas.


¿Cómo ayudar al niño que ha perdido a los padres?

Intentar demostrarle con besos, caricias y palabras que es muy querido por las personas que le rodean. Es muy importante arroparlo mucho afectivamente, e ir favoreciendo que el niño exprese lo que le pasa, que lo pueda hablar con alguna persona cercana a él (con la que él se sienta más próximo), que llore si necesita llorar y que cuando lo haga encuentre siempre el consuelo en palabras y afecto de alguien cercano. De esta forma, y poco a poco, debería poder ir elaborando todas las cosas que le han ocurrido y que, probablemente, le han desestabilizado el ánimo y la seguridad afectiva.

Si ven que la tristeza del niño/ña se prolonga demasiado no duden en la conveniencia de consultar a un especialista infantil.

Su actitud hacia el niño ¿es demasiado agresiva?

Procure no utilizar maneras agresivas con el niño, pues esto solo puede empeorar su conducta, perjudicar la relación de éste con usted y favorecer que, a su vez, su hijo aprenda a utilizar la agresividad como forma de imposición.

Procure estar bien consigo mismo: intente relajarse, hacer algún deporte o pregúntese de qué manera puede usted desahogar el estado nervioso y de sobrecarga que le causa ese estado. Sintiéndose usted mejor, podrá atender mejor a su hijo.

¿Qué hacer con un niño mayor de 6 años que duerme siempre en la cama con los padres?

Con un niño de esta edad se puede razonar perfectamente sobre la incorrección del hábito que ha adquirido, así como establecerle límites a todo esto.

Empiecen desde el principio, como si tuviesen que enseñar a un niño pequeño a dormir en su propia cama. Cuando llegue el momento de ir a dormir, acuéstenlo (si quieren y como paso intermedio, léanle un cuento o dénle un muñeco para dormir) y adviértanle que, bajo ningún concepto, van a consentir que se levante a media noche de su cama para ir a la suya. Si no obedece, cada vez que se levante para ir hacia la cama de Vds., devuélvanla a la suya. No cedan, si no estarán de nuevo perdidos. Así tantas veces como sea necesario.

Si lo consigue, felicítenle de alguna manera, con algo que a él le agrade.

Será duro al principio, pues probablemente les costará varios paseos para devolverle a su cama, pero el esfuerzo valdrá la pena. Sobre todo, no cedan ni una sola noche más.

Si lo logran, tanto Vds. como él descansarán mucho mejor.

Si su hijo es muy movido, favorezca que realice actividades de movimiento: llévelo al parque o a lugares amplios y abiertos donde pueda desahogarse sin limitaciones.

Intente cambiar su actitud respecto al niño, procurando ser más tolerante. Cuando le sobrevenga el enfado hacia él, procure respirar hondo, contar hasta 3, y pensar cómo va a proceder ante esa conducta.

¿Cómo actuar con las rabietas del niño de 2 años?

En el niño de 2 años son típicas las rabietas, de mayor o menor intensidad, según el carácter del niño. Con ellas, el niño intenta medir los límites de los adultos ( hasta dónde pueden aguantar), los propios (hasta cuánto puede conseguir mediante esa actitud) ,..., pero quizás, si la intensidad de la rabieta es muy fuerte, llega un punto de descontrol tal, que al niño le resulta difícil volver a serenarse.

Es una fase "normal" en la evolución del niño, al igual que la etapa del "no",..., pero por ello debe intentarse que no se agrave en intensidad ni se alargue en el tiempo. El niño ha de comprobar que con esa actitud no consigue lo que pretende.

En la medida en que no pueda hacerse daño a sí mismo o a los demás, lo mejor, ante una rabieta de este tipo, es mantener la calma (en la medida de lo posible), mostrarse impasibles (ni siquiera enfado) ante "el show" y esperar a que pase. Cuando esto se repita varias veces, el niño terminará por anular esta actitud, ya que no le será "útil", y las cosas o conductas inútiles tienden a desaparecer.

Por el contrario, cuando el niño esté calmado, dénle toda la atención que requiera. Sobre todo, procuren no pegarle, pues eso sólo despertaría en él más rebeldía y rabia, y sería un modelo más que tendría a seguir, de comportarse agresivamente para poder dominar algo o alguien.

Mi hija tenía asumido el control del pipí y desde hace unos días se vuelve a hacer pis encima, ¿qué puedo hacer?

Probablemente, algo debe haber ocurrido en estos días (en casa, en la escuela,...) que le ha provocado a la niña este descontrol del pipí que ya tenía asumido. Intenten averiguar de qué se trata e intenten hablar con ella sobre esto, que probablemente debe preocuparla, auqnue quizás no lo demuestre.

No la riñan ni amenacen; podríamos estar haciendo de un pequeño descontrol un problema más agravado, tampoco alteren sus costumbres en el hábito del sueño: no duerman con ella. Piensen que, de todo ello, la niña podría estar sacando un beneficio secundario, que después no le interese perder y eso alargue su problema.

Procure que la niña no beba demasiados líquidos antes de acostarse y que transcurra un rato lo suficientemente amplio desde la cena hasta que la acueste.

Deje pasar unos días sin hacer demasiado caso de los escapes, ni hable de ellos; intente quitarles importancia, para disminuir la angustia que debe sentir la niña cada vez que ve lo que le pasa. Y, sobre todo, la primera noche que consiga volver a controlar el pipí, prémiela con algo que ella desee, muéstrele alegría y satisfacción por lo logrado.

Si, pese a esto, este descontrol no remite en unas semanas, no duden en consultar con un psicólogo infantil que pueda profundizar más en las causas que pueden estar provocando este pequeño descontrol nocturno.

Mi hijo llora a menudo, ¿debo dejarle llorar?

En lo que se refiere al hecho de dejar llorar a un niño, desde el punto de vista psicológico no se aconseja hacerlo, pues aunque aparentemente sus necesidades "fisiológicas" estén cubiertas y no sufra "aparentemente" riesgo físico alguno, puede estar demandando cubrir necesidades de otro tipo. Me refiero a las necesidades afectivas: de contacto, de sentirse atendido, querido, protegido,... Un abrazo o una demostración de cariño en ese momento, o la dedicación de un tiempo a atender esa demanda puede evitar que esos lloros acaben convirtiéndose en una demanda crónica.

Si dudan del estado emocional de su hijo, no duden en acudir a un psicólogo infantil, pues mediante la observación del niño y de su juego, y quizás de alguna otra prueba proyectiva, podrá valorarlo y ustedes quedarán tranquilos.

¿Es normal que mi hijo se masturbe?

La sexualidad en el niño está presente desde los primeros momentos, desde que va descubriendo el propio cuerpo mediante la autoexploración, es decir, desde que es un bebé.

Si al explorar esta zona, la de los genitales, descubre placer, es normal que persista en esta actividad. Es un hecho normal a cualquier edad, no es malo, sólo se convierte en problema cuando se hace de forma excesiva o en público. Todo ello es resultado del interés por el propio cuerpo.

Para mantener esta actividad "controlada" y que no vaya a más convirtiéndose en una verdadera preocupación, hay que intentar no reaccionar excesivamente cuando se encuentre al niño en esta situación y distraer su atención hacia otra actividad.

La masturbación si ocurre sólo despúes de las rabietas, puede obedecer a una descarga de las tensiones acumuladas.

¿Influye la televisión sobre mi hijo? ¿De qué manera?

El impacto que la TV tiene sobre los niños es evidente, entre

otras cosas porque en todas las casas hay por lo menos un televisor, y no hay niño que escape a su influencia.

Los niños ven muchas horas de televisión y la mayoría de éstas están sobrecargadas de violencia; además, la información visual causa gran impacto en la mente, y más en la de los niños. El niño, al presenciar tal bombardeo de violencia, queda influido de determinadas maneras:

- favorece en él una desensibilización hacia la violencia, se familiariza y acostumbra a ver como normal, determinado nivel de agresiones.

- corre el riesgo de identificarse con el héroe o provocador, sea cual sea éticamente su conducta.

- según la edad del niño y el nº de horas de impacto televisivo a que esté sometido, puede llegar a confundir la realidad con la ficción , con el riesgo que esto comporta.

Todo esto queda potenciado, si el niño no mantiene una relación "de calidad" con su familia, amigos,... que compense estos impactos.

No hay duda; numerosos estudios han demostrado la clara relación existente entre la violencia en TV y los comportamientos agresivos en los niños.

Está en manos de los padres, proteger a sus hijos de todo esto seleccionando la programación que éstos ven, así como limitando el nº de horas que pasan frente al televisor. Y, sobre todo, los propios padres han de predicar con el ejemplo.

¿Es bueno que el niño vaya a la guardería?

Tengo un nietecito de 10 meses y desde los tres meses lo he cuidado yo,desde las 8 de la mañana hasta las 2 de la tarde y luego su otra abuela desde las 16 horas hasta las 19 horas (todavia somos abuelas jovenes,pues tenemos 49 y 52 años).Esto ha sido así porque los padres del niño trabajan. Ahora han querido llevar al bebé a una guardería, desde luego es buena, pero solo por las mañanas y por las tardes lo seguimos cuidando las dos abuelas,turnándonos los dias.

El niño en una semana ha adelgazado 400grs.y ahora cuando ve que alguien extraño le acaricia se pone a llorar, cuando antes era un niño que se reia si alguien le decia algo.Yo no sé que pensar y estoy muy preocupada por el bebé. En casa es feliz y se ríe mucho.Por favor decirme algo pues me siento muy mal y pienso si puede ser por llevarlo a la guardería.

Muchas gracias.

Respuesta:

Antes que nada agradecer su confianza en visitar y consultar sus dudas a través de nuestra página web.Y disculpen la demora de la respuesta, pero son muchas las consultas diarias recibidas, y ello dificulta la fluidez en las respuestas.

Parece, por lo que me cuentan, que su nieto está en pleno proceso de adaptación, necesario ante cualquier cambio; en principio, cuanto más pequeño es el niño, más le costará adaptarse a una situación para la que no está preparado. No hay una edad "ideal" para empezar a ir a la guardería; las necesidades laborales son las que la imponen. Pero considero que, siempre que el niño pueda estar al cuidado de un adulto de confianza, es algo preferible a su asistencia en guardería. ¿Por qué? El motivo es muy simple: las necesidades (de todo tipo) que tiene un niño de menos de 3 años, difícilmente pueden cubrirse con otros 13 o 14 niños (pues actualmente, los grupos de niños suelen ser sobre esta proporción, por cuidadora). Y si no, pregúntense por qué la escolaridad obligatoria empieza a los 3 años y no antes.

De todas maneras, no siempre los padres pueden disponer de una persona que atienda a su hijo, durante las largas horas de la jornada laboral. En ese caso, la edad de ingreso más adecuada es la de los dos años, pues el niño cuenta ya con importantes avances en el lenguaje (con lo cual puede pedir y expresar algo más lo que le pasa) y en la psicomotricidad (se mueva con más seguridad).

Sólo decirles que no se angustien, y hablen todo lo que haga falta con la cuidadora del niño.

Me voy a casar con la madre de una niña. Ellas no fueron muy bien tratadas por su verdadero padre ¿Qué debemos hacer?

El motivo de la consulta es el siguiente, me voy a unir en matrimonio con la madre de la niña, y lo que sucede es que sabemos que ella sentirá rechazo a esto y se pondrá rebelde. La niña está muy afectada, y también su madre por la vida que llevaron junto al padre de la niña. La niña no era muy bien tratada por él, incluso ni su madre fueron muy bien tratadas, es por eso que están afectadas, y a pesar de esto, sabemos que la niña extrañará a su padre, porque desde luego es su padre y siempre lo será, pero como ya le mencioné, están muy afectadas y quizás eso haga que todo esto sea más difícil para mí y para su mamá. Así que les pido un consejo sobre qué hacer.

Respuesta:

En realidad se encuentran ante una situación delicada, pues el daño recibido cuesta mucho de reparar y todavía más cuando se trata de un niño, pues todo queda grabado con más fuerza. Yo les aconsejaría que consultasen a un psicólogo de su población, para que valorase en profundidad la situación emocional en que se encuentra tanto la niña como la madre, valorar el hecho de si va a seguir viendo o no a su padre, en qué condiciones, pautas para que Vd. vaya siendo aceptado por ella,... No es una situación sencilla.

Mientras tanto hablen con ella todo lo que puedan, permitan que a su vez ella comunique todo lo que piensa y siente al respecto aunque demuestre rabia o enfado y, sobre todo, demuéstrenle mucho amor, pues lo que más teme un niño quedarse al desamparo de que nadie le quiera ni le importe.

Mi hija de 2 años y 4 meses reacciona agresivamente por el menor motivo y padece de constantes infecciones de oído, ¿qué me recomiendan?

Mi hija es la segunda de 3 hermanitas, convive con los padres, abuelos, primos y tíos. Su carácter es muy fuerte, no le gusta convivir mucho con otros niños (excepto sus primos), y creo que ya no es normal su comportamiento, ya no es una simple rabieta o pataleta, sino que ya reacciona mas agresivamente por el menor motivo y no entiende si le hablamos, la llevamos a otro lugar, con unas nalgadas, etc., ya lo hemos intentado todo pero sigue igual. Sufre de problemas del oído (frecuentes y dolorosas infecciones) pero no sé si sería necesario llevarla al psicologo infantil, ¿qué me recomiendan?

Respuesta:

Con los datos que me aporta y teniendo en cuenta la corta edad de la niña, considero que la dolencia física que padece (las frecuentes infecciones de oído) están jugando un papel importante en todo esto. Puede que esa molestia, tan repetitiva y dolorosa, esté influyendo en su carácter, haciéndolo más irritable e irascible. Es pequeñita aún, y Vd. me cuenta que de las dos hermanas que tiene, una de ellas es aún más pequeñita que la niña en cuestión: puede que no esté llevando nada bien este tema. Habría que conocer con más detalle todo el historial de la niña, desde el embarazo para poder precisar si esta puede ser también una causa que se añade a la problemática de la niña.

También me indica que conviven con ella un alto número de personas (abuela, tíos, primos, hermanas, padres): probablemente demasiado movimiento alrededor de una niña con molestias de oído, que sigue siendo pequeña pero que ya no es la más pequeña de la casa. Intenten ser tolerantes con ella, pero sin sucumbir a sus rabietas. Cuando las haga, no consientan en lo que la niña pretende conseguir en ese momento, pero tampoco le peguen ni se enfurezcan con ella; esperen con calma, en la medida de lo posible, a que termine "su rabieta" y luego, sobre todo, no cedan.

Cuando ella observe que con esa actitud no consigue lo que quiere, terminará por desaparecer su conducta. Si ven que persiste esta irritabilidad y agresividad de la niña, no duden en acudir a un psicólogo infantil, que les orientará debidamente. Pero antes que nada, hagan (que supongo que ya viene siendo así) por solucionar su problema de oídos.

Mi hija sufre pesadillas o terrores nocturnos, ¿qué puedo hacer?

Mi niña de 4 años 9 meses esta sufriendo de pesadillas o terrores nocturnos, que no sé como manejar. Despierta en sollozos a la medianoche o de madrugada y cuando me acerco a su cama me dice que me vaya y si no me voy de su dormitorio, ella se sale y se va a la sala pero todo esto lo hace llorando y como renegando, despues de un rato que la dejo tranquila pero observándola, se pone a llorar y me llama para que la calme y la abraze. He estado leyendo sobre los terrores nocturnos y no sé a que pueda deberse.

Creo que debo comentarle que por motivos de mi trabajo salgo temprano de mi casa con mis dos niños y la empleada a la casa de mi madre, ahí se quedan mi niño de 2 años y la empleada, pues mi hijita se va a la escuela, pero cuando ella sale de la escuelita se va a la casa de mi hermana que está enfrente de la casa de mi madre. A veces creo que son estas cosas las que le crean estas pesadillas a mi hijita. El problema es que mi niña no puede quedarse con su hermano en la casa de mi madre, porque mi niña es muy caprichosa y mi hermana la ha acostumbrado a hacer su voluntad, eso hace que sea dificil que se quede con su hermanito. Ademas, mi niña tiene rabietas cuando no hacemos lo que ella quiere como por ejemplo que se le compren golosinas a la hora que ella quiere.

Les agradezco me den una orientacion para tratar las pesadillas y las rabietas de mi hija.

Respuesta:

¿Ha probado de hablar con ella, al día siguiente, sobre lo ocurrido durante la noche? Inténtelo. Si no recuerda nada, estaríamos hablando de terrores nocturnos; por el contrario, se trataría de pesadillas.

Si se tratase de terrores nocturnos, Uds. ya proceden de la forma correcta, pues no se puede hacer más que esperar a que pase "la crisis", abrazándola para que se tranquilice y se sienta protegida.

Revise si la niña, durante el día o poco antes de acostarse, está sometida a demasiada excitación que podrían desencadenar en ella estos miedos; o si ve escenas violentas en TV,.. Las pesadillas, sin embargo, son habituales en los niños de 3 a 6 años. El proceder sería el mismo. Si en un tiempo prudencial, esto sigue repitiéndose acuda a su pediatra para que descarte cualquier otra alteración de tipo físico.

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