La cognición y la inteligencia son temas muy controvertidos pero de vital importancia para el desarrollo del niño, por esto, desde edades muy tempranas podemos monitorear el funcionamiento de esta área y además evaluarla y desarrollarla, antes de los tres años de edad, las escalas de desarrollo aplicadas nos brindan un cociente de desarrollo el que podemos modificar a través de la intervención personalizada y sistemática, con actividades orientadas y dirigidas a potenciar las habilidades del niño, estas actividades son trabajadas en un ambiente de juego , estableciendo un vínculo directo con la madre o tutor para que estos utilicen las actividades diarias como estimulación y logren potenciar al niño.
Después de los tres años de edad las evaluaciones nos brindan la posibilidad de establecer un diagnóstico definitivo en cuanto al desarrollo del área intelectual, también se realizan diversas valoraciones que descartan o corroboran los diagnósticos de Déficit de Atención , Hiperkinesia, trastornos generalizados de desarrollo tipo Autismo o Asperger.
Otra de las valoraciones de gran importancia es la que nos sirve para determinar la madurez lecto – escritora de los niños entre los 4 a 5 años y determina si están en condiciones para el posterior aprendizaje de la lectura y la escritura.
Muchos de los trastornos que se presentan en esta área con una evaluación sistemática e intervención adecuada permiten una evolución favorable, siempre teniendo en cuenta las verdaderas potencialidades de cada niño de manera particular.
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